Principales diferencias entre un máster y un postgrado
Durante la última década, la cantidad de personas adultas en España con estudios superiores a los obligatorios ha alcanzado el 60,2% de la población total. Dentro de este contexto, la media de población entre 18 y 64 años con estudios universitarios en nuestro país se ubica en torno al 12%.
Son datos recogidos de Statista y del Ministerio de Educación y Formación Profesional, que no terminan de reflejar toda la realidad del espectro formativo de alto nivel, porque la formación a nivel profesional no acaba una vez se sale de la universidad. Hoy en día, cuando el estudiante obtiene su título como graduado o licenciado puede seguir estudiando.
Es en ese momento en el que se abren diferentes ramas que, aunque generalmente se consideren similares, trazan unas diferencias bastante destacables. Hablamos, por supuesto, de los másteres y los estudios de postgrado.
Dos opciones que componen la inmensa mayoría de ramas que se abren frente a los universitarios recién titulados. Tienen el mismo cometido: ofrecer una ampliación de estudios con la que adquirir más conocimientos, especializarse e incluso tener más fácil acceso a puestos especializados dentro del panorama profesional.
No obstante, son fórmulas distintas a pesar de esto. Estudiar un máster como los de ENyD es muy distinto a estudiar un curso de postgrado de una entidad similar, o de la misma en caso de estar disponible.
Qué diferencia a un máster de un postgrado
Para poder ahondar en las diferencias, conviene tener claras las definiciones de cada una de estas opciones. Por un lado, los estudios de máster tienen como propósito principal facilitar al estudiante la adquisición de una formación más avanzada que la del grado, normalmente de carácter especializado, aunque también puede ser multidisciplinaria.
Es una propuesta que se orienta sobre todo a la especialización profesional y/o académica y que puede servir como puerta para acceder a tareas de investigación. Con una perspectiva más amplia, puede abordar diversas disciplinas y recogerlas bajo un mismo paraguas. Generalmente, requiere entre 60 y 120 créditos ECTS repartidos entre uno o dos años académicos y la presentación de un Trabajo Final de Máster o TFM.
Dentro de este campo podemos encontrar másteres oficiales con una validez extendida a prácticamente todo el marco europeo, o también los másteres propios, únicos de determinadas escuelas o centros universitarios.
Dejando esto a un lado, conviene subrayar también qué es un postgrado. Cuando se habla de este tipo de cursos, generalmente se hace pensando en las diplomaturas de postgrado. Aquí lo que se ofrece es una especialización mayor que en un máster, centrándose mucho más en determinadas disciplinas y con una orientación que vira más hacia lo profesional.
Además de esto, otra gran diferencia respecto al máster es que la carga lectiva suele ser considerablemente menor. No en vano, suelen exigir entre los 30 y los 60 créditos ECTS, exactamente la mitad que la otra opción.
Un punto importante de los postgrados es que algunos de ellos pueden facilitar el acceso a estudiantes que no hayan superado un grado universitario o no dispongan de su título. La condición en estos casos es que, si superan el programa formativo, recibirán un certificado de aprovechamiento firmado por el rector o director de la escuela, en lugar de un diploma de postgrado, según recoge la Ley Orgánica 4/2007 de 12 de abril.
Esto último es algo que, simplemente, no se da en los másteres. Para poder acceder a estos es completamente imprescindible haber superado una formación de grado universitario y disponer de la titulación o de la documentación que la acredite. La barrera de acceso es más elevada en este caso.
Cabe mencionar que los postgrados pueden denominarse de muchas formas distintas en función de los centros en los que estén disponibles. Muchas instituciones los catalogan como especializaciones, formación continua, maestrías o incluso formación permanente. Se vuelve, entonces, necesario observar sus características para determinar si, en efecto, se tratan de postgrados.
Por otra parte, sí se puede dar el caso de que haya másteres propios aparte de los oficiales. En cambio, los postgrados oficiales no existen. Todos ellos son propios, lo que hace que su validez en diferentes centros o incluso territorios pueda ser complicada.
Nuestro país mira cada vez más en dirección a los másteres. Según el Ministerio de Universidades, En España, la cantidad de estudiantes universitarios en estudios de Máster no ha hecho más que crecer en los últimos años. La progresión ha ido desde los 171.000 aproximadamente en el curso 2015-2016 hasta los 234.000 en el curso 2019-2020.
La mayoría de interesados acuden, además, a universidades públicas. No obstante, dentro de los centros privados también se pueden encontrar opciones tanto o más interesantes que estas. El panorama post-universitario es altamente heterogéneo y, sobre todo, accesible para los estudiantes. Un escenario ideal para seguir creciendo a nivel profesional y formativo.
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