Un experto recomienda a los alérgicos que no salgan a la calle a primera hora de la mañana o última de la tarde
Con la próxima llegada de la primavera, llegan meses para los alérgicos con estornudos, picor de ojos y ahogo, por lo que es importante poner en marcha medidas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas alérgicas y reducir sus síntomas, según ha indicado Ignacio García Núñez, jefe del servicio de Alergología de los hospitales Quirónsalud Córdoba y Campo de Gibraltar. El especialista recomienda a los alérgicos que practiquen actividades al aire libre pero deben hacerlo en las horas centrales del día, por ser horas de menor polinización, y deben tomar medicación previa al deporte, evitando la primera hora de la mañana o última de la tarde (horas de mayor polinización).
El polen alergénico es el que proviene de las plantas de polinización anemófila y los granos de polen son los portadores de los alérgenos, que son las sustancias responsables de desencadenar las reacciones alérgicas. Desde principios de cada año, los pacientes polínicos “preguntan cómo va a ser la primavera para ellos”, ha señalado el doctor García Núñez, que ha resaltado que la respuesta depende de diferentes factores. La abundancia de lluvias previas a la primavera favorece una mayor producción de vegetación y, por tanto, una mayor producción de polen. Dentro de los factores propios de la primavera habría que indicar que una primavera de días muy calurosos y lluvias intermitentes frecuentes haría que los policlínicos tuvieran menos síntomas por humedecer lo granos de polen y depositarlos en el suelo.
En cuanto a la influencia de la contaminación en los niveles de polen, está demostrado que los pólenes son más agresivos por la influencia de la contaminación ambiental, que hace que las plantas y los árboles se tengan que defender de estos agentes agresivos y lo hacen mediante la emisión de pólenes más resistentes.
El doctor ha afirmado que para prevenir y reducir la intensidad de los síntomas de la polinización es recomendable utilizar medidas barrera como el empleo de mascarilla y gafas de sol y la toma de antihistamínicos junto a colirios e inhaladores, “siempre siguiendo las indicaciones de su alergólogo”. Las vacunas son recomendables en pacientes con buena historia clínica y buen diagnóstico, ya que conseguirán modificar el curso de la enfermedad mediante la adaptación del sistema inmune para que deje de reconocer el polen como algo extraño, y presentarán menos síntomas.
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