Desde su trinchera alza el vuelo la palabra
Si perdió la vida, el tiempo… Si sufrió la sed, el hambre… Le quedó la palabra. Blas de Otero la tuvo y cuidó. El poeta bilbaíno la escribió y vivió. Y también enseñó, como lo hicieron otros, su valor. Porque es la mejor bala en la trinchera, las mejores alas en el vuelo. Sabedores de ello, los autores la resucitan en febrero. Ya sea desde el campo de batalla o el hangar de un aeropuerto, ante un templo nipón o por el entorno de la Mezquita Catedral. A la rebelión con los versos se lanzan los valientes en el Concurso de Agrupaciones Carnavalescas. Versos que son emocionados o graciosos pero sobre todo críticos. La poesía cantada, como la sublevación y la carcajada, regresan al Gran Teatro en el comienzo de las semifinales de un certamen que no termina de alcanzar altura en lo que a asistencia de público se refiere. En la noche del lunes, de nuevo, el ambiente va de más a menos, como ya ocurriera en todas las preliminares.
La palabra salió de su trinchera. Más que bala fue espada, empuñada a las órdenes de ‘Los Fernández’ -de Córdoba-. El Gran Capitán dirigió a sus tropas con la comparsa de Suso y Marcos, que abrió las semifinales del Concurso -guía del Carnaval de Córdoba-. El militar montillano, a los pies de su caballo en Las Tendillas, cerró otro buen pase. Su primer pasodoble fue sin duda lo más destacado: “Han sido cinco años de maltrato con Susana Díaz”. Las ocho provincias fueron vistas como otras tantas hijas mal queridas por la expresidenta de la Junta de Andalucía. Después hubo dedicatoria para un componente del grupo, Manolo Carrillo: letra sobre el reciente nacimiento de su nieta. Por cierto, “libertad es luchar por el destino y el orgullo de esta ciudad” -popurrí-. Una Córdoba que enamoró a un puñado de japonesas que ahora son ‘Las cordogeishas’. La chirigota de Chache fue la siguiente en pisar las tablas del Gran Teatro con sus simpáticas niponas que no sólo hicieron reír al público -se registraba en torno a media entrada en el auditorio-.
El conjunto con tipo de japonesa enamorada de la ciudad lanzó el segundo pasodoble del certamen dedicado a Miguel Amate, este año pregonero del Carnaval. “Tu pluma es tan exquisita que cuando quiero beber, no quiero agua bendita sino de la Piedra Escrita […] dame agua, Miguel”, cantó la asiática. El punto fuerte de la agrupación fue su popurrí, así como la habilidad para mantener un aire nipón en la interpretación del repertorio. La palabra no tiene frontera, como tampoco puede ser robada. Y si alguien lo intenta, ¡rebelión! Como la de ‘Los mequetrefes’, levantados “ante un sistema que te ofende, que ni te cuida ni defiende y que te culpa a ti de todo”. La comparsa de los hermanos Cobos, al igual que sus antecesores, completó una buena actuación. En su segundo pasodoble cantó a la lucha por la igualdad de género. Al Carnaval le dedicó el primero de la tanda. Entonces el ambiente en el Gran Teatro iba a más.
Creció la animación en el principal espacio escénico de la ciudad gracias a un peculiar Raphael. Las tablas se convirtieron en escenario de un gran concierto, el que dieron ‘Los del S’Candalo’. La chirigota de Barrera, de Almodóvar del Río, estuvo arropada por el respetable, a diferencia de lo que le sucediera en preliminares -debido a la hora en que hubo de actuar-. Como es habitual en esta agrupación, el espectáculo no cesó durante su pase. La palabra fue show antes de convertirse en rebeldía incompleta. Le llegó el turno a ‘Se armó la revolución’, que no tuvo su mejor día. El cuarteto de Santa Cruz tuvo un papel discreto por unas circunstancias muy concretas. Al tiempo, ofreció una admirable muestra de compromiso. Sus componentes no faltaron a su cita en el Gran Teatro pese al deceso de un familiar de Manuel Serrano Manolete, su autor, unas horas antes. El conjunto hizo cuanto pudo dentro de las difíciles circunstancias, a las que se sumó el hecho de que el patio de butacas estaba más vacío.
Superado el ecuador de la sesión, de la taberna con mariachis y paletos -éste es el tipo del cuarteto de Santa Cruz- el público marchó al casco histórico de Córdoba. Allí subió a un coche de caballos. Tres había sobre las tablas, conducidos todos por unos tipos que dicen ser ‘Los catedráticos’. Se trataba de la chirigota de Fleky, que estos días aparece con turistas chinos pero que también pasea famosos. A todos los lleva “a las calles que más les peguen”. Los cocheros trasladan a Falete a Ronda de la Manca, a Nacho Vidal a La Corredera o a María del Monte a Ancha de la Magdalena. Tiraron un nuevo pasodoble con dedicatoria -el tercero de la noche-, que fue para uno de sus coautores, Marco Antonio García. Narraron cómo su hijo va también para carnavalero. Tras el paseo, llegó la hora de subir a un avión. La palabra voló entonces con el mejor momento de afluencia y ambiente del lunes. Ocurrió junto al arsenal de coplas de Javi Lonene, que con su comparsa surcó el cielo de los versos para abrir fuego.
Los aviadores de ‘Qué bonita se te ve’, ante el hangar, completaron un gran pase al que respondió notablemente el respetable. Su primer pasodoble fue un beso del autor a su madre y a la vez también a su hijo, que nació el pasado año de forma prematura. “Lo sé porque ahora soy padre […] recuerdo al mirarte las veces que me decías, como te quiere tu madre, no va a quererte a ti nadie”, escribió Javi Lonene. El segundo de la tanda fue un ataque a discursos como el de Vox contra la inmigración. “Pero qué poca vergüenza, ¿dónde coño habéis estado cuando se manifestaron por los que duermen tirados o por tantos desahuciados? […] No me vengáis con historias, si aquí vemos a un mendigo y miramos para otro lado”. El grupo también ofreció dos simpáticos cuplés, con guiños a otros dos conjuntos del Concurso: ‘Puente de plata’ -comparsa de Pablo Castilla- y ‘Los catedráticos’ -chirigota de Fleky-.
Alzó el vuelo el avión y el Gran Teatro de nuevo registró una disminución de público. Menos de media entrada había cuando ‘Los maletillas’ pisó el escenario. La chirigota de Los Mayas, con sus maridos expulsados de casa por unas enfadadas mujeres, se enfrentó a la situación con arrojo y simpatía. En su primer pasodoble ensalzó la figura de Rafa Aranda Taleguilla. “Con las envidias en esta tierra nunca te dieron tu sitio y te echaron mucha mierda (sic) […] ahora te comen los huevos (sic)”. En el segundo el grupo homenajeó a uno de sus componentes, el veterano carnavalero Pepe Caballero. Pero la situación fue a peor en la última actuación de la noche, a cargo de ‘El creador de sueños’. La comparsa de Nuevos Carnavales, de Peñarroya-Pueblonuevo, actuó ante menos de un centenar de personas. Pese a ello, desgranó bien su repertorio. La palabra sonó casi en la intimidad con un pasodoble, por ejemplo, sobre la tercera edad en el que llamaba a su atención. “Sin ser delincuente ya me han condenado”, al estar en un asilo. El segundo de la tanda fue un golpe verbal a los gobernantes.
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