Señores, esto hay que pararlo como sea
Han puesto todos los sentidos en un objetivo ineludible. Desde este pasado miércoles y hasta el sábado, las sesiones de entrenamiento serán en régimen de clausura. Jorge Romero tiene apenas unos días para desbloquear mentalmente al Córdoba y, principalmente, hacer de él un conjunto capaz de producir rentas de manera inmediata. No le queda más remedio. El partido del domingo (12:00) ante el Rayo Vallecano será un examen en toda regla. Después de la destitución de Juan Merino -siete partidos, ninguna victoria-, al Córdoba no le queda otra vía que la reacción. “No pienso en otra cosa que no sea lograr los tres puntos”, dijo el capitán Fernández en su comparecencia ante la prensa. No llega un adversario cualquiera. El Rayo Vallecano, crecido por su triunfo ante el Granada de Oltra -y con gol del cordobés Chechu Dorado-, acude a un estadio que históricamente se le ha dado bastante bien.
Los franjirrojos, que ocupan puesto de play off, ganaron en seis de sus últimas nueve visitas a Córdoba. La última vez que los blanquiverdes les ganaron en casa fue en la Copa del Rey de 2010. El triunfo más reciente fue sonado: en la temporada pasada, en la penúltima jornada, vencieron en Vallecas por 1-2 y certificaron matemáticamente la permanencia en Segunda. En un global de 18 visitas, el Córdoba se impuso en la mitad, empatando tres y perdiendo seis. El Rayo es recordado por ser el último equipo que pasó por El Arcángel con el Córdoba en Primera -aunque ya descendido de hecho-, en un duelo con las gradas semivacías y los tres puntos para los madrileños (1-2), entrenados por el cordobés Paco Jémez en 2015.
Más allá de las estadísticas históricas, el presente marca situaciones dispares en ambos bandos. El Córdoba solamente ha vencido en dos ocasiones ante su afición (2-0 al Tenerife y 3-0 al Alcorcón) y de ese resultado ante los alfareros han transcurrido exactamente dos meses. Con Merino no hubo mejora (derrota ante Osasuna y empates contra Numancia y Leonesa) y la racha total del Córdoba es nefasta: nueve partidos enlazados sin victorias. Colista en solitario. El trabajo mental resulta imprescindible, pero para levantar los ánimos no hay mejor receta que sumar tres puntos. De aquí a final de año están el horizonte los duelos ante el Almería de Lucas Alcaraz en el Estadio de los Juegos Mediterráneos y la visita del Reus de Aritz López Garai. Y para comenzar el año, dos salidas: El Molinón y Carranza. Pero habrá que ir por partes. El domingo llega el Rayo y el Córdoba se prepara, con nuevo jefe, para destrozar unas cuantas rachas negativas.
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