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José Carlos y su lesión: la ley del silencio global

José Carlos, en un entrenamiento con el Córdoba | ÁLVARO CARMONA

Paco Merino

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El Córdoba comunica que no facilitará parte médico ni ninguna información por “deseo del jugador” | “Es un palo”, dice Djukic, que ha concedido permiso a un futbolista que es baja por tiempo indefinido

Tiene una lesión en la rodilla, es baja por tiempo indefinido y se encuentra apartado de la plantilla, con permiso del entrenador, para que pueda estar junto a su familia. Eso es lo que oficialmente se sabe de José Carlos. “Es un palo”, ha dicho hoy Djukic al respecto de la situación de un jugador al que hizo debutar precisamente el mismo día que lo hacía él en el banquillo del Córdoba. No habrá parte médico ni más declaraciones. El club se puso en contacto con los medios para explicar que no dará detalles sobre la lesión del onubense “por petición expresa del futbolista”. El percance, a primera vista, parece grave. Se trata de la misma zona, la rodilla izquierda, de la que fue operado por rotura del ligamento cruzado.

Dieciocho minutos en El Arcángel ante la Real Sociedad. Y ahora, la incertidumbre. “Esto es un lujo para mí, sobre todo después del año que pasé en Madrid. Estoy con muchas ganas”, dijo en su presentación oficial. Llegó con 27 años y un contrato de una temporada. José Carlos Fernández (Minas de Riotinto, 1987) fue uno de los fichajes más controvertidos del Córdoba en la fase final de la construcción de la plantilla del retorno a Primera. Dotado de una calidad indiscutible, el zurdo recalaba en El Arcángel con la carta de libertad del Rayo y la etiqueta de futbolista frágil. Unas semanas antes de llegar al Córdoba, el Deportivo le había rechazado después de los informes médicos. “Ambas partes han acordado que, por los plazos aún por cumplir en la evolución del jugador para la completa práctica del ejercicio de su profesión, no es conveniente su incorporación al Real Club Deportivo en la actualidad”, rezaba el comunicado de la entidad coruñesa.

La situación era delicada. Por eso el club blanquiverde y él se dieron una oportunidad. El resultado ha sido triste: apenas unas horas después de debutar en partido oficial después de siete meses, el jugador sufrió un nuevo percance en la misma rodilla que fue operada durante un entrenamiento. El club informó de esta circunstancia sin dar más detalles a través de su web oficial en las vísperas de la visita al Atlético de Madrid.

Formado en la cantera del Sevilla, José Carlos debutó en Primera con el conjunto de Nervión, pero la llegada de Míchel le sacó de los planes y emigró al AEK de Atenas, donde despachó una notable temporada. Le recuperó el Rayo para la Liga española. Allí estuvo dos cursos a las órdenes de Paco Jémez: uno fue espectacular (32 partidos, 2 goles); el segundo, fatal desde el inicio. En la primera jornada de la Liga 13-14, ante el Elche, el extremo izquierdo sintió el dolor y pidió el cambio en el minuto 36. Cuando su equipo celebraba el buen debut (3-0) se enteró del infortunio de su compañero: el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda estaba roto. No terminaron ahí las desgracias de José Carlos, que reapareció en Vallecas ante Osasuna. Unos minutitos (23), victoria por 1-0 y sensaciones extrañas. Siete días después, comparecencia en el Santiago Bernabéu. Al Rayo le cayó un 5-0 y a José Carlos la peor de las certezas: su rodilla no estaba bien. Salió del campo en el minuto 82 dejando a su equipo con diez, pues Paco Jémez ya había agotado los cambios. Pero el de Minas de Riotinto no podía más. Imposible continuar. El diagnóstico fue claro: sinovitis postraumática.

Desde el 29 de marzo de 2014, José Carlos no había disputado ni un solo partido. El Córdoba le dio la oportunidad, quizá la última, de reengancharse al fútbol de primer nivel. El día de su debut en el banquillo del Córdoba, Djukic le incluyó en la convocatoria. A falta de 18 minutos, con el equipo perdiendo por 0-1, le sacó al césped sustituyendo a Fidel. No lo hizo nada mal. Mostró el desparpajo de siempre y sus toques de calidad ilusionaron a los aficionados. “Personalmente estoy contento porque después de tanto tiempo vuelvo a jugar y con buenas sensaciones, aunque fuera poquito tiempo”, explicó José Carlos a los periodistas. “Espero seguir sin molestias y disfrutando”, añadió. No pudo ser. La maldición continúa.

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