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El día que sonó 'We are the champions' en El Arcángel

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Paco Merino

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Ferrer se acuerda de “los que ya no están y contribuyeron a este título” en una monumental fiesta en El Arcángel

Lo que siempre se vio por televisión ha sucedido aquí, en Córdoba. El Arcángel ha acogido la escenificación de un sueño colectivo. Con el graderío repleto de seguidores -los fieles, los habituales y los ocasionales, que todos suman-, el club preparó un espectáculo de música, luz y sonido que ejerció a modo de aldabonazo a la conciencia de una ciudad. Han pasado 42 años desde que el Córdoba estuvo por última vez en Primera. Todo el reinado de Juan Carlos I, por ejemplo. Demasiado tiempo. El personal se esforzó, a pesar de no contar con muchas horas de vuelo en esto de la animación -ninguna en ciertos casos-, en colaborar para hacer que el estadio se convirtiera en una película que siempre protagonizaban otros. Mendi emuló a Pepe Reina, portero y speaker habitual en los éxitos de la selección española, y los futbolistas mostraron su imagen más descocada después de acumular horas de sensaciones al límite desde que se certificó, del modo más increíble que se hubiera podido imaginar, el ascenso a Primera División en Las Palmas.

Con el estadio a oscuras, iluminado apenas por los dispositivos móviles de los aficionados, comenzó a sonar el himno en la voz de su autor, Queco, un ex futbolista blanquiverde que ha sabido plasmar como nadie el sentir del cordobesismo en sus estrofas. La emocionante puesta en escena dejó los sentimientos a flor de piel. Y de ahí no bajó el nivel. El cantautor Rafa Bocero interpretó una canción fetiche, que sirvió para abrir la campaña #unpasitoCCF, una fórmula para incentivar la moral de la tropa -la del campo y la de las gradas- cuando peor venían dadas. El tema se presentó después de la victoria en El Molinón ante el Sporting, cuando faltaban diez jornadas para la conclusión. Lo que sucedió después ya es historia. Los blanquiverdes reaccionaron de una manera brutal y ya están en Primera.

“Es uno de los días más grandes que hemos podido vivir”, dijo, micrófono en mano, el capitán del equipo, Abel Gómez. El mediocentro sevillano se ha convertido en un símbolo, un hombre récord. Con éste son ya cuatro los ascensos a la primera categoría que ha conseguido, tras los firmados con Murcia, Xerez y Granada. “Quiero dar las gracias a todos por el esfuerzo tan enorme que han hecho en este grupo, que ha llegado a conseguir algo tan importante como un ascenso. Por ellos, por todos y cada uno de vosotros, por aquellos que hoy no están pero que nos dieron todo su trabajo y su apoyo, el Córdoba está hoy en Primera División”, ha dicho el veterano centrocampista.

Todos los jugadores salieron al campo, previa presentación repleta de elogios, a recibir el aplauso de una afición predispuesta al júbilo. Uli Dávila, autor del gol en el estadio Gran Canaria, los canteranos, el capitán Abel, Pedro -que lucía unas llamativas gafas rojas- o López Silva fueron de los más aclamados. También aparecieron en el césped los miembros del cuadro técnico, delegado... El presidente, Carlos González, lo vio desde el palco. Lejos de los focos, siempre acompañado -al igual que en los últimos días- por el alcalde, José Antonio Nieto, el presidente tendrá que lidiar en los próximos días con asuntos de relevancia capital en el futuro de la entidad ante la nueva dimensión que ha tomado con el ascenso a Primera.

Y en éstas que llegó Ferrer. “Buenas noches a todos y gracias por venir”, saludó cortés. El primer recuerdo del técnico fue “para hacer un reconocimiento a aquellos que no han acabado la liga con nosotros, desde el cuerpo técnico hasta los jugadores, porque ellos también contribuyeron a este título”. En ese momento, un sector de la afición coreó el “Illa, illa, Villa maravilla” que sirvió como homenaje al anterior inquilino del banquillo blanquiverde. “Me gustaría de todo corazón agradecedor el apoyo que nos habéis dado, sobre todo en los cuatro meses que llevo aquí, a pesar de que el inicio no fue nada fácil. Nos hemos dado cuenta de que sin vuestra ayuda no lo hubiéramos logrado”, apuntó Ferrer, quien solicitó a todos que se levantaran para “dar un aplauso a este grupo excepcional tanto futbolística como humanamente: ellos son los artífices del ascenso”.

El grupo Oro y Plata entonó el “Soy cordobés” al lado de los jugadores. Un impresionante castillo de fuegos artificiales dio paso a la interpretación del himno del Córdoba por parte de muchos de los artistas -Medina Azahara, El Hombre Gancho, Rakel Winchester, Marta Mansilla...- que lo interpretaron por primera vez. Fue con motivo del cincuentenario del club, en la temporada 2004-05. Aquel curso, el Córdoba descendió a Segunda División B. Ahora, una década después, el equipo está en Primera División para hacer realidad la letra de ese clásico del imaginario cordobesista.

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