Arramblando con todo

Cuando llega el calor, los goles enamoran. Algo así decían Sonia y Selena en su célebre canción, que pega mucho ahora para la época de aliento infernal en la provincia de Córdoba. Agosto: ese mes donde la suela de las zapatillas se camuflan con el asfalto. También, como dirían en Shrek 2, “cruzando el gélido glaciar y el ardiente desierto”, los aficionados del Córdoba volvieron al Arcángel, a su reino, para ver a su equipo, algunos después de casi dos años sin verlo. Y los que fueron vieron: un rambleño hizo las delicias del respetable. 

Antonio Casas tiene el honor -al menos, la condición de ello- de ser el primer delantero cordobés en varios años. Ha llegado este verano procedente del Sevilla el nacido en La Rambla. No ha habido un paisano suyo en la posición de nueve blanquiverde desde 2013, cuando un veterano pistolero de Almodóvar se ganó a la afición del Córdoba. No era otro que Pepe Díaz, que se marchó con 32 goles en su talega de la disciplina califa. Desde entonces, ningún ariete cordobés se había asentado en el primer equipo hasta que llegó el propio Casas. 

Volviendo a la calurosa tarde de ayer, el delantero rambleño partió de titular en el once inicial y estuvo activo desde primera hora. Sus desmarques de ruptura y, sobre todo, su constante búsqueda del gol, también desde larga distancia, eran una tónica habitual en su rendimiento. Después del dubitativo inicio colectivo, el Córdoba se repuso, en gran parte, por el doblete en apenas diez minutos de Antonio Casas. Más tarde, en la segunda mitad, rubricó su triplete goleador en una jugada embarullada en el área. Con varias situaciones distintas, Casas fue capaz de ver portería con suma facilidad. 

Como fue lógico tras su actuación, el 20 blanquiverde se fue ovacionado por los miles de espectadores que había en El Arcángel, conscientes también de que, aunque sólo sea pretemporada, puede haber delantero cordobés para rato. Todo, claro está, en cuanto la dinámica de resultados de competición acompañe. Por ahora, Antonio Casas tiene algo, que no es poco: el beneplácito y el reconocimiento del que será su estadio esta temporada.