El imparable crecimiento de Javi Ávila
Baloncesto como forma de vida, ya sea con el balón en las manos o con el silbato al cuello. El segundo es el camino elegido desde hace ya unos pocos años por el cordobés Javier Ávila Zurita, formado desde pequeño en el baloncesto provincial y que, tras dejar atrás su etapa en las categorías base, decidió emprender una nueva aventura. Mismo deporte, pero distintas funciones. El arbitraje llegaba a su vida y ahí ha ido creciendo de manera exponencial, pasando de dirigir hace no mucho encuentros de categoría provincial hasta codearse hoy en día con la élite del baloncesto español.
Y es que el pasado fin de semana se cerró con una alegría inmensa para el colegiado califa, que fue designado para dirigir la final de la Supercopa LF Endesa, junto al Enrique López y Asuncion Langa. Por tanto, Ávila fue juez en el campeonato que otorgó al Valencia Basket su primer título nacional, en un emocionante encuentro ante el histórico Perfumerías Avenida. Duelo de máximo nivel para el cordobés, que está viviendo unos meses vitales en su trayectoria, puesto que el pasado mes de marzo fue elegido igualmente para estar en la Copa de la Reina, torneo que aglutina a los ocho mejores equipos de la Liga Femenina.
De este modo, un torneo, el de la Supercopa, que Javier califica como “inmejorable”, puesto que ha tenido “la suerte de coincidir con compañeros y técnicos con los que me llevo realmente bien. Si a eso le sumas un trabajo bien hecho y la oportunidad de pitar semifinal y final, la verdad que poco más podría pedir”, resaltando a su vez que “el último año ha sido intenso. Me estrenaba arbitrando LEB Oro y Liga Femenina Endesa, compaginándolo con trabajo y en el contexto de la pandemia. Un poco caótico pero sarna con gusto no pica”.
Así, la nueva temporada se presente para él “con mucha ilusión y ganas de entrar en ritmo de competición para ofrecer la mejor versión posible como árbitro”, ya que “estamos dirigiendo la mejor categoría femenina nacional (Liga femenina Endesa) y la segunda masculina (LEB Oro), por lo que tenemos que trabajar en consecuencia”, como parte de un propósito personal de “terminar de adaptarme a la categoría y a las novedades en la metodología de trabajo. Por supuesto, con la ambición de seguir creciendo y evolucionando, pero siendo consciente de que pertenecer a esta categoría es un gran logro que ni imaginaba cuando empecé a arbitrar”.
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