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La Junta pide que Medina Azahara sea Patrimonio de la Humanidad

Un grupo de turistas, en el salón rico de Medina Azahara. | MADERO CUBERO

Redacción Cordópolis

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El Gobierno andaluz envía al Ministerio el expediente para que se lo remita a la Unesco | El consejero Luciano Alonso destaca que el monumento es “un ejemplo excepcional del periodo de mayor esplendor de la cultura andalusí”

La Junta ha presentado ante el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte la solicitud para la inclusión del Conjunto Arqueológico de Madinat Al-Zahra en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial, paso previo para su reconocimiento internacional por la Unesco. El consejero de Educación, Cultura y Deporte, Luciano Alonso, ha subrayado los valores de este monumento como “una manifestación única de la cultura andalusí, testimonio excepcional además de su época más floreciente en el siglo X”.

Luciano Alonso, cuyo departamento ha invertido desde 1990 más de 28 millones de euros en el yacimiento, considera que Madinat Al-Zahra posee “valores universales” para su declaración como Patrimonio Mundial. El consejero ha señalado que “se avanza en el proceso y se estrechan caminos entre el deseo y la realidad de convertir a Madinat Al-Zahra en patrimonio de la humanidad”.

El titular de Cultura ha explicado asimismo que este bien, en su condición de yacimiento arqueológico urbano de la cultura árabe islámica, pertenece a una categoría apenas representada en la lista y, además, que presenta unas singularidades que la distinguen claramente sobre los bienes ya declarados.

El consejero ha destacado igualmente que se trata de un ejemplo arquitectónico y urbanístico excepcional de un periodo histórico, el siglo X, todavía sin representación en la lista de Patrimonio Mundial. Y es que aunque la creación de una cuidad de nueva planta como manifestación del poder del califato no es una singularidad de Madinat Al-Zahra, práctica repetida en los primeros siglos de la rápida expansión de la cultura islámica, “por su magnitud, su marco natural y su grado de conservación y recuperación no tiene parangón”, ha valorado Alonso.

Dentro de la grandes capitales islámicas que han sido declaradas Patrimonio Mundial se pueden distinguir dos grupos: las ciudades desaparecidas como tales y que perviven fosilizadas en la forma de yacimientos arqueológicos, grupo al se asignaría Madinat Al-Zahra, y las ciudades que han permanecido vivas hasta la actualidad y que son las más numerosas.

Escasa representación de ciudades islámicas

En el caso de los yacimientos arqueológicos, frente a la abundancia en la lista de Patrimonio Mundial de ciudades de época clásica, griega y romana, la presencia de la ciudad islámica es sumamente escasa, ya que se reduce a sólo tres ejemplos, dos en Asia Menor, de cronología anterior a Madinat al-Zahra: la ciudad omeya de Anyar, siglo VIII, en el Líbano actual, y la gran capital abasí de Samarra, siglo IX, en Iraq; y otro en el Magreb, ya más tardío, siglo XI, La Qala de los Banu Hammad, en Argelia.

El documento presentado ante el Ministerio por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte incorpora, aparte de la descripción pormenorizada del bien, una justificación de sus valores universales excepcionales. Como ciudad palatina, uno de sus rasgos más relevantes es, sin duda, la monumentalidad de la arquitectura palaciega, con la riqueza de la decoración y el protagonismo de los jardines que caracterizan a este tipo arquitectónico en la cultura árabe.

En la Lista del Patrimonio Mundial figuran ya el palacio fortificado omeya de Qusair Amra, del siglo VIII, y los palacios abasíes con jardines de Samarra, del siglo IX, entre los que destaca el de Balkuwara. En la cultura del Medio Oriente ha sido declarado recientemente un conjunto de nueve jardines palaciegos persas de distintas épocas. Del mundo andalusí hay en la lista dos ejemplos tardíos, correspondientes al siglo XIV: La Alhambra granadina y el Alcázar sevillano. La arquitectura palaciega y los jardines de Madinat al-Zahra, del siglo X, establecen así un nexo necesario en la evolución histórica de dicho tipo arquitectónico, la decoración y los jardines, en el ámbito occidental de la cultura islámica.

Por otro lado, el yacimiento arqueológico de Madinat Al-Zahra resulta excepcional por haber mantenido, ocultos e inalterado en su integridad, los restos del conjunto de una ciudad planificada del siglo X, en el momento de plenitud de la arquitectura y la cultura andalusí. Los mismos califas Abderrahman III y al-Hakan II construyeron en ese mismo tiempo la parte más monumental de la Mezquita de Córdoba, en su día declarada Patrimonio Mundial.

Desde ese punto de vista se entiende que la ciudad palatina de Madinat Al-Zahra constituye una extensión ineludible de esa primera declaración de la Mezquita cordobesa y de su entorno inmediato. De hecho, las primeras excavaciones del lugar se iniciaron por el entonces arquitecto restaurador de la mezquita cordobesa, Velázquez Bosco, con objeto de obtener un mayor conocimiento de la arquitectura califal andalusí que le facilitara la tarea restauradora en aquel monumento.

Integración paisajística

Otro factor excepcional del conjunto reside en que es un caso ejemplar de integración urbana y paisaje. Esta unión paisajística se manifiesta tanto en el monumental modelado del terreno como en el manejo de los materiales pétreos locales, del agua y de la vegetación. Al haberse mantenido el sitio desde su destrucción en su condición natural, sin la interferencia de nuevas construcciones, ha permitido que conserve sus valores paisajísticos escasamente alterados.

Además, la violenta destrucción de la cuidad en el momento de su máximo esplendor, y su posterior ocultación, transformaron a Madinat Al-Zahra en un mito, en un legado cultural inmaterial con amplia repercusión en la literatura árabe, como una suerte de paraíso perdido. La recuperación del bien ha reactivado asimismo esta tradición literaria, de forma que la ciudad palatina ha servido de escenario a varias novelas publicadas en los últimos años. Esta relación entre yacimiento y motivo literario recuerda el caso de Troya, en el que se incluyó esta vinculación como motivo principal de su candidatura a Patrimonio Mundial.

La propuesta de Madinat Al-Zahra y de todas aquellas presentadas antes del 30 de junio serán evaluadas por un Grupo de Expertos en Patrimonio Mundial a nivel nacional, que realizarán una primera valoración del Estado español sobre las candidaturas.

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