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Fuente Obejuna se convierte en 'Fuenteovejuna' e invita a Lope de Vega por primera vez

Representación de la obra de Fuenteovejuna de Lope de Vega por los vecinos de Fuente Obejuna

Juan Velasco

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Cuatro años han tardado los vecinos de Fuente Obejuna en volver a viajar al Siglo de Oro y a la tragedia que se convirtió en revuelta popular. Los dos años que iban desde la última representación (2018) a la siguiente, y los otros dos años (2020 y 2021) en los que la pandemia del Covid-19 paralizó todo.

También las representaciones populares en los pueblos, que son otro tipo de revolución mucho más pacífica, y en la que los roles van cambiando. “Aquí hay actores que empiezan haciendo un frondoso y acaba haciendo de alcalde. O niños que eran extras y este año debutan con texto”, cuenta Pedro Hofhuis, uno de los directores, junto a José Carlos Cuevas, de la nueva edición de Fuenteovejuna, que convirtió este jueves este pueblo cordobés en un teatro enorme al aire libre.

La de este jueves ha sido sólo una de las seis representaciones previstas (la última será el 23 de agosto), si bien ha sido especial en tanto a que llegaba tras el mayor parón que ha habido en el montaje de la obra de Lope de Vega en los 30 años que se lleva poniendo en escena contando con los vecinos del pueblo.

Lo hacen en una plaza que lleva el nombre de Lope de Vega, como el dramaturgo que escribió una obra universal tomando prestado el nombre del pueblo cordobés donde ocurrieron unos hechos históricos de inusitada crudeza. Fue en 1466 cuando los vecinos se levantaron contra la tiranía del comendador Hernán Pérez de Guzmán, a quien dieron muerte a pedradas. Dos siglos después, Lope de Vega esbozó un lema que se hizo universal: “Fuenteovejuna, todos a una”.

Un dramaturgo que, por primera vez, sale a escena

“Cuando el pueblo se une, es imparable”, comenta Pedro Hofhuis sobre la obra de Lope de Vega, con la que siempre es fácil trazar paralelismos con la actualidad. “Es una obra que habla de un pueblo que se hartó de que lo pisotearan y decidió tomar cartas en el asunto. Lo hizo a la manera de la Edad Media; hoy lo harían derrocando a un gobierno por otros medios, pero lo importante es que la sociedad sea capaz de articular una respuesta frente a la injusticia”, reflexiona el director, que reconoce que, si bien la propia obra es el principal reclamo para el público, él y Cuevas han optado por añadir un pequeño toque.

Ese toque ha sido invitar a que el propio Lope de Vega forme parte de la obra. Puede parecer un toque de metateatro, pero también es un guiño al pueblo, ya que nunca, en tres décadas de representaciones, se había ideado un personaje para el autor sobre las tablas de la plaza de Fuente Obejuna. “Lope aparece acompañado de un bululú que canta una canción de Fuenteovejuna y su personaje sirve para ver cómo comenzó a imaginarse la historia”, explica Hofhuis.

En el famoso monólogo de Laurencio, en el abuso de Jacinta o cuando golpean al alcalde... Son escenas, todas ellas violentas, que dieron lugar a un mito que Lope de Vega plasmó en el papel, probablemente sin haber puesto un pie en esta localidad, a la que ha hecho universal. La prueba es la entrada que presentaba este jueves la plaza, con un lleno absoluto que parece que se va repetir el resto de representaciones.

La alcaldesa de Fuente Obejuna, Silvia Mellado, apunta que la representación de este año es especial, en tanto a que se cumplen 30 años desde que los vecinos comenzaron a llevarla a escena. En cualquier caso, la regidora de este pueblo (y sus 14 aldeas) de cerca de 5.000 habitantes, indica que los años en que hay representación, el verano se llena de turistas y vecinos exiliados siempre.

“Yo te diría que no es sólo este pueblo, sino todo el Guadiato; me comentan que los hoteles y casas rurales están recibiendo mucha gente”, señalaba Mellado la tarde antes de la primera representación.

Más de 300 vecinos participan en la obra, sobre el escenario, algunos con texto, otros como figurantes, todos sacrificando su tiempo libre para que todo esté a punto. El director no podía agradecer más el esfuerzo, minutos antes de que llegara el gran día: “Son gente que no se dedica a esto y algunos han sacrificado hasta sus vacaciones”, señala el director, que añade que hay algunos, como Antonio Valenzuela o Paco Navarro, que comenzaron a participar en Fuenteovejuna hace 30 años, en aquel lejano 1992 en el que arrancó la representación popular.

Una representación popular que, en vista del éxito cosechado este año, ha hecho bien en tomarse un paréntesis. “Una producción así es enorme. Esto no se puede representar con un aforo del 40 por ciento”, apuntab Hofhuis, que aclaraba que esto no era una obra de pueblo, sino “teatro clásico en escenario histórico”.

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