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La viuda y el hermano del varón apuñalado en Las Moreras dicen que no hubo riña con el acusado

Fachada de la Ciudad de la Justicia.

Redacción Cordópolis

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La viuda y el hermano del varón de unos 59 años de edad que fue apuñalado en septiembre de 2017 por un hombre que es acusado por este hecho ocurrido en la plaza Patio La Voz del Pueblo del barrio de Las Moreras de Córdoba han declarado ante el jurado que en el momento de la puñalada no hubo una riña previa entre ambos.

En el juicio que continuará este miércoles en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, la mujer de la víctima ha detallado que su marido no le dijo que hubiera tenido un enfrentamiento antes de los hechos con el procesado y que observó desde su casa que se encontraba en el patio hablando con un varón y un joven en actitud “tranquila” y no vio “nada anómalo”. Unos segundos después, miró de nuevo por la ventana y vio a su marido “tendido en el suelo” y a “dos personas que salían corriendo”.

Además, ha indicado que entró “en 'shock'” y tardó en bajar al patio“, al tiempo que no vio a su cuñado, ni su sobrino, y ha aclarado que su marido no llevaba bastón. También, ha comentado que estaba ”nervioso“ porque había dejado de fumar y llevaba ”dos meses sin consumir nada“.

Por su parte, un hermano del fallecido, testigo de los hechos, ha relatado que le llamaron para decirle que su hermano “había discutido con una persona” en el citado patio, pero no sabía el motivo. Llegó al patio y se encontró con él, que no quería subir a su casa porque le dijo que “iban a venir”, pero no le dio explicaciones.

Así, se presentaron los dos varones y el acusado, que llegó diciendo “paz” varias veces, sacó el cuchillo, dio una puñalada y salió corriendo, junto al otro, sin “pelea, ni enfrentamiento”, según su relato, en el que ha agregado que no vio exactamente cómo le dio la puñalada, precisando que no sabe de dónde sacó el arma y que se encontraba a unos metros.

Tras ello, ha señalado que la víctima quiso correr detrás del procesado, pero se cayó al suelo, mientras que él fue a socorrerlo, sin perseguir a los otros, según ha expuesto, a la vez que ha manifestado que los dos hombres llegaron juntos, que el hijo no llevaba arma, que no los conoce, ni su hermano le habló de ellos y que, a su juicio, “llevaban intención de hacer algo”. También, ha precisado que en ese patio y en el bloque junto al que sucedieron los hechos “no se vende droga”.

Los sobrinos del fallecido han declarado que fueron a llevarle medicinas a su tío y al llegar al patio escucharon gritos de su tío, el testigo, pidiendo un coche y ayudando a su hermano tirado en el suelo, al tiempo que dos personas salían corriendo por otro extremo del patio, según el testimonio de ellos, en el que han apuntado que no vieron la puñalada. Uno de ellos ha negado que su tío le dijera que hubiera que arreglar un problema familiar.

Relato del acusado

Mientras, el hombre de unos 48 años acusado de matar al otro ha declarado este lunes que dio la puñalada mortal “a ciegas” tras ver que se le cayó un cuchillo a un varón que supuestamente le agredía a él, junto a la víctima y otros dos más, en una pelea, al tiempo que ha negado que su hijo, también procesado como cómplice por la acusación, supiera los hechos.

En relación con el día de autos, ha relatado que se dirigió al citado barrio a por droga y se encontró con el fallecido y otros tres hombres más en mitad de la plaza Patio La Voz del Pueblo, donde le dieron golpes en distintas partes del cuerpo, tras lo cual desapareció, se fue a Las Margaritas, a 40 o 50 metros de allí, y no acudió a un hospital porque “era más grande la necesidad de consumir droga, que los daños”, según su testimonio.

De este modo, ha explicado que regresó a las dos horas a la plaza, porque “no había hecho nada”, nadie le daba droga y quería pedirles a quienes anteriormente le habían pegado que le dejaran subir a un piso a por droga y se marchaba, pero “sin mediar palabra”, el fallecido le dio “un garrotazo en las costillas” y los otros tres, “puñetazos y patadas”, según su versión, en la que ha precisado que en un momento en el que estaba agachado observó que a uno de ellos se le cayó un cuchillo, lo cogió, se levantó y tuvo “tan mala suerte” de dar la puñalada, ha aseverado.

“Mi intención no fue pincharle”, ha defendido el acusado, quien ha confesado que temió por su vida, aunque ha remarcado que cuando cogió el arma no fue directo a “ningún sitio” del cuerpo, de manera que no tenía intención de que falleciera, según ha subrayado, para añadir que los otros tres le daban golpes mientras tanto. Después de la puñalada salió corriendo, “porque ya eran demasiados golpes, un ensañamiento brutal”, si bien los tres “se quedarían paralizados” ante los hechos al no seguir golpeándole, según su testimonio.

Acto seguido, vio aparecer a su hijo y le dijo que se fuera con su familia fuera de Córdoba, al tiempo que tiró el cuchillo en la salida del patio y cogió su coche para irse a la zona del Tablero, donde llamó a su abogado y le dijo que “creía que había pinchado” y que se quería entregar a la Policía, algo que ocurrió al día siguiente, en el que el letrado le dijo que la víctima había fallecido.

Entretanto, el procesado ha negado que el cuchillo de los hechos fuera suyo, que “a la primera paliza” no le dio “tanta importancia” que no contó más cosas porque “hasta los ocho o diez días” después no se dio cuenta de lo sucedido “por el mono” causado por la droga y que con el único que habló de los hechos fue con su abogado, de manera que no le dijo nada a su familia, según ha manifestado en defensa de su hijo. También, ha señalado que ese día había bebido cuatro copas de anís y unas 14 cervezas y que por la noche había consumido droga.

Calificaciones

En este caso, la Fiscalía ha pedido para el presunto culpable una pena de 15 años de cárcel por la supuesta comisión de un delito de homicidio; la acusación particular, 25 años de prisión para el varón por la supuesta comisión de un delito de asesinato con alevosía y diez años de cárcel para el hijo como presunto cómplice, y la defensa solicita inicialmente la absolución para el procesado --considera que el hijo no tiene responsabilidad-- al entender que actuó en legítima defensa, a la vez que plantea distintas alternativas en caso de considerarse homicidio, con varias atenuantes, como la de confesión y consumo de drogas y alcohol, entre otras.

Según recoge la calificación del Ministerio Público, a la que ha tenido acceso Europa Press, los hechos ocurrieron sobre las 17,15 horas del día 2 de septiembre de 2017, cuando el procesado se encontró con el varón y se inició entre ambos una discusión.

En un momento dado, el acusado presuntamente sacó un cuchillo o instrumento similar a un arma blanca y “de forma súbita acuchilló” al hombre “con ánimo de causarle la muerte, sin que pudiera hacer nada por evitarlo”. En concreto, le provocó una herida en el corazón que le causó la muerte minutos más tarde.

El procesado acto seguido salió huyendo de la plaza, momento en el que se encontró a su hijo, que “no tenía conocimiento de lo ocurrido y de las intenciones de su padre”, según el fiscal, que relata que al ponerle de manifiesto su padre lo sucedido “abandonaron el lugar a toda prisa”, portando el varón el cuchillo empleado momentos antes y que no ha sido recuperado.

Instantes después del apuñalamiento llegó a la zona un hermano de la víctima, que observó que se encontraba tendido en el suelo y sangrando, a la vez que el acusado y su hijo huían del lugar, tras lo cual llegaron sobrinos del fallecido que lo llevaron en un vehículo propio al Hospital Reina Sofía.

El hombre en ese momento estaba casado y tenía tres hijos, uno de ellos mayor de edad, según precisa el Ministerio Público. El presunto homicida fue detenido al día siguiente por la Policía Nacional y el juzgado de guardia decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Según las primeras pesquisas, el móvil del crimen pudo ser un acto de venganza.

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