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Condenada por incumplir el contrato de adopción de un gato al darlo a sus suegros porque su sobrino era alérgico

Gatos de una colonia felina.

Alejandra Luque

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El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Puente Genil ha condenado a una mujer a pagar 400 euros a la protectora de gatos Gatitud, de Puente Genil, en concepto de indemnización por daños morales después de incumplir el contrato de adopción de un gato, documento que le prohibía dar el felino a terceros. La condenada, según recoge la sentencia a la que ha accedido este periódico, lo regaló a sus suegros después de que su sobrino manifestara alergia al animal.

El contrato de adopción se firmó en noviembre de 2016, procediéndose la entrega del animal ese mismo día, con chip, pasaporte, vacunaciones, desparasitaciones obligatorias y test de enfermedades. Entre las cláusulas del contrato se estableció la prohibición de entregar el gato a terceros. Además, en un cuestionario que la protectora le realizó de manera previa a la adopción, la condenada se comprometió a devolver el gato a la asociación si este manifestaba algún problema de adaptación o la propia procesada renunciaba al vínculo con el animal.

En el momento de la adopción, el gato tenía tan solo dos meses. En un momento que no ha quedado señalado en la sentencia, la condenada entregó el gato a sus suegros porque su sobrino era alérgico al felino, lo que provocaba que no pudiera visitar a su tía.

Junto a este incumplimiento, la mujer tampoco vacunó al animal ya que, tras una consulta en el Registro Andaluz de Identificación Animal, la protectora certificó que le faltaban dosis. A su vez, la protectora denunció las constantes evasivas mediante WhatsApp sobre el estado y situación del gato, un intercambio de información al que estaba obligada la condenada mediante el contrato.

Finalmente, la mujer manifestó en agosto de 2019 que el gato había desaparecido después de que sus suegros se lo llevaran al campo ya que un hijo de estos también era alérgico.

Así, el juez ha fallado a favor de la protectora -defendida por la abogada Dulcenombre Aguilera- aunque ha reducido la cantidad demandada -600 euros-, estipulando finalmente una indemnización de 400 euros por daños morales a consecuencia de la pérdida del gato.

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