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ISLA DE TOALLITAS

Cómo se ha formado una isla de toallitas y sedimentos en el río Guadalquivir

Montaña de toallitas sobre una isla en el Guadalquivir

Juan Velasco

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El monstruo de las toallitas ha vuelto a hacer de las suyas en el río Guadalquivir a su paso por Córdoba. Desde hace años, los colectivos vecinales y ecologistas trabajan para concienciar sobre los efectos que tiene arrojar toallitas húmedas (las que se usan para bebés o para desmaquillarse) por el inodoro y que acaban en los ríos.

Uno de los efectos más perniciosos de esta práctica se aprecia a la perfección estos días en el río Guadalquivir a su paso por la Torre de La Calahorra. El activista Pepe Larios, una de las figuras más apreciadas del ecologismo en Andalucía y conocedor del río por su pasión por la ornitología, dio la voz de alarma por el aumento de envergadura que presenta estos días la isla de toallitas y sedimentos que se ha formado junto al monumento.

La isla ocupa un buen trozo de terreno, tiene color terrizo y sobre ella han crecido sauces y álamos. Quizá por ello, para la mayoría de los viandantes, les resulta imposible identificarla como lo que es: una montaña de residuos, fango, sedimentos y toallitas húmedas, formada por las avenidas del Guadalquivir desde que hace un año se limpió la zona bajo el Puente Romano.

“A alguien se le ocurrió entonces dejar eso ahí, porque encima había crecido vegetación. El problema, es que, en el momento en que han salido los lodos de alrededor, se ven los estratos de toallitas”, explica Larios a este periódico. Larios explica que las toallitas suelen llegar al Guadalquivir a través del colector ubicado en el embarcadero para piraguas.

Según detalla, por ahí salen normalmente las aguas pluviales. Lo que ocurre es que, cuando llueve mucho, sube el nivel y arrastra las aguas residuales, ya que se recoge de todos los colectores. Y, como el monstruo de las toallitas sigue aún presente en las casas de Córdoba, a pesar de las campañas contra él que ha impulsado la empresa Emacsa, pues acaban en el Guadalquivir. No sólo en la isla, sino que son visibles en los márgenes del río.

Larios aboga directamente por eliminarlas del mercado. “Es que no hay manera de acabar con ellas, las dichosas toallitas son indestructibles, porque no son de celulosa”, apostilla el activista, que cree que ahora es el momento de disolver la isla , dado que, en estos momentos, se están llevando a cabo trabajos de retirada de vegetación y limpieza en la zona junto a los molinos con maquinaria pesada.

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