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Carmen Reina

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En este mes de octubre, su bolsillo habrá notado que tomar un café, comprar el pan o desayunar en la calle es más caro. Los hornos de pan y dulces y las cafeterías han visto cómo se han incrementado los precios de sus productos básicos, desde el pan a la leche y nata, los huevos y el café. Detrás de ello está la subida de la electricidad, que repercute directamente en la producción del pan o en la factura de la luz de estos locales, y a esto se unen otros fenómenos como el aumento del precio del trigo en España y, con ello, directamente del precio de los productos que dependen de él. Todo forma parte de una misma cadena y el eslabón final, es su bolsillo.

“La subida de la electricidad la acabamos pagando todos doblemente: en el recibo de la luz y en el precio de los productos”. En esa frase resume Paqui, al frente de uno de los hornos de pan con más tradición en Córdoba, lo que está ocurriendo en su sector. Cuenta que el precio del pan que le llega a su local ha subido 5 céntimos la pieza en este mes. Multiplicar eso por la venta diaria de un establecimiento como este alcanza cientos de euros a final de mes. Y esto ha obligado a repercutirlo también en el precio que paga el cliente: “Subimos lo mínimo posible y el cliente también lo entiende. Pero es que todo aquí pasa por el horno, todo depende de la electricidad”, dice tras el mostrador del Horno de la Cruz, repleto de empanadas, dulces y los distintos tipos de pan.

“Ha subido el pan unos 10 céntimos la pieza, ha subido el café 1,80 euros el kilo y han subido los pasteles entre 10 y 20 céntimos. Y del recibo de la luz, mejor ni hablar. Lo que todos sabemos”. Quien hace esa lista en un momento es Carlos, afectado por este incremento de precios en su cafetería Veca Café en el centro de la ciudad. Cuenta que, de momento, no han repercutido esas subidas en el precio que paga el cliente y que esperarán “a la campaña de Navidad, que siempre se gasta con un poquito más de alegría y se notará menos”, confía.

El horno, la máquina de café, los frigoríficos y mostradores refrigerados, la tostadora, el lavaplatos y una lista sinfín de elementos eléctricos se suman en estos establecimientos a la propia iluminación y climatización. La factura no ha parado de subir y, este otoño, mucho antes de la 'tradicional' subida de precios con el cambio de año, el incremento ya está en la cuenta que pagan proveedores, locales y clientes. “Ahora pagamos un 50% más en el recibo que hace un año”, sintetiza Miguel desde la cafetería San Pablo, frente al edificio del Ayuntamiento de Córdoba.

Subida del precio del trigo que repercute en la harina y los huevos

A esa subida del precio de la electricidad que cafeterías y hornos ven reflejada en su factura de la luz, se suma el alza de precios de otros productos básicos para estos negocios. El ejemplo más evidente es la subida del precio del trigo, que ha liderado el incremento de las materias primas agroalimentarias en el mes de septiembre.

Los malos rendimientos de cosechas en EEUU, las lluvias de final de julio que germinaron parte del cultivo en Francia o la baja producción en Rusia, son factores que han influido en que el precio del trigo a nivel mundial y en España se haya disparado. Y, como consecuencia los productos que lo tienen como base -como la harina- y los que necesitan de él para su producción -como la alimentación de las gallinas que surten de huevos al sector de hornos y pastelerías-, también.

¿El resultado? “Ha subido la luz, el pan, los huevos...En septiembre hemos aguantado nuestros precios, pero en octubre ya lo hemos tenido que repercutir en los clientes”, lamenta Gloria, al frente del conocido horno La Catalana, en la capital cordobesa. “Cada pieza de pan ha subido entre 5 y 10 céntimos, dependiendo del peso”, dice, mientras señala sus estanterías llenas de barras, teleras y todo tipo de formatos de pan.

En el mostrador de pasteles y dulces, lo mismo. “Los huevos, la leche, la nata....”. “Esto es una cadena. Llevábamos siete años sin subir los precios al cliente. Pero ahora, con la subida de la electricidad, ya ha sido imposible no hacerlo”.

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