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El comedor de Trinitarios aumentó casi un 50% el servicio de almuerzos por la pandemia

Un comedor en la Casa Libertad durante el estado de alarma

Redacción Cordópolis

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La pandemia del coronavirus y sus efectos económicos han hecho que el comedor de trinitarios de la Fundación Prolibertas cerrara 2020 con un 48% más de servicios que el año anterior, consagrándose como el ejercicio con más actividad asistencial en sus tres décadas de historia en Córdoba, y recuperando programas de asistencia familiar que parecían superados.

Los datos los han ofrecido este miércoles Antonio Jiménez, Director General de Fundación Prolibertas, acompañado de Eduardo García, delegado de Fundación Prolibertas en Córdoba y David Lino, Coordinador del Comedor Social Trinitario, que han hecho balance de la actividad en 2020.

Según han detallado, el perfil de las personas que han precisado este recurso durante el año pasado se ha desdibujado. “Las personas que en el imaginario colectivo pudieran ser susceptibles de ser beneficiarias del comedor, han pasado a ser solo parte del total”, han detallado desde Prolibertas.

Así, a los habituales motivos para estar en situación de exclusión, durante este año, se han sumado autónomos, personas pendientes de cobro de ERTE, personas que subsistían en la economía sumergida, personal de hostelería y del sector servicios, vendedores ambulantes o feriantes, entre otros colectivos.

De hecho, la demanda ha crecido a pesar de que, en lo más crudo de la pandemia, el colectivo de personas sin hogar no hizo uso del servicio de comedor, dado que, desde principios de abril y hasta el final del estado de alarma, el Ayuntamiento de Córdoba puso a su disposición un recurso habitacional con capacidad para aproximadamente 100 personas. No fue así.

“Tras el inicio del confinamiento, comienzan a llegar núcleos familiares completos con necesidades de alimentos al encontrarse sin ingresos, en espera del cobro de ERTES, al haberse degradado su situación económica, incluso personas que dependían de entidades que atendían su necesidad de alimento y que estaban cerradas, Debido a esta situación, comenzamos a atender a familias por iniciativa propia, con el apoyo de numerosas personas y empresas y posteriormente con el apoyo del Ayuntamiento de Córdoba”, explican desde Prolibertas, donde no recordaban una situación así desde la crisis de 2008, cuando se puso en marcha el Programa de Atención a Familias, que ha habido que recuperar en 2020, tras haberlo cerrado en 2019.

En este sentido, han lamentado que 2020 ha sido “un paso atrás”, ya que “de nuevo la necesidad social nos transporta a escenarios de hace tiempo”, haciendo “más evidente que nunca” la “fragilidad de nuestra sociedad”.

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