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Los precios en origen se hunden y arruinan al campo cordobés

Alimentos en un supermercado | PIXABAY

Alfonso Alba

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“Es el mercado, amigos”. El exvicepresidente del Gobierno hoy encarcelado, Rodrigo Rato, interpelaba así a un diputado en el Congreso durante la comisión de investigación de las tarjetas black en Bankia. La frase se ha convertido en un mantra sobre el liberalismo, llevado al extremo, y la falta de regulación en determinados mercados. Y es algo que empiezan a escuchar muchos agricultores cordobeses cuando se quejan de que los precios en origen de sus productos los están arruinando. “Es el mercado, amigos”.

Este viernes, la patronal agraria Asaja (nada sospechosa de radicalidad) hará un reparto gratuito de 6.000 kilos de naranjas en el centro de Córdoba para protestar contra los precios que se están pagando en la campaña de recogida de cítricos de este año. “No cubrimos ni los costes de producción”, denuncian. A los agricultores les sale más barato dejar las naranjas en el árbol que pagarle a los jornaleros por recogerlas, transportarlas e intentar venderlas.

Pero no es un problema exclusivo de la naranja. El sector agrícola más importante de Córdoba es el del aceite de oliva. Sus precios en origen son también muy bajos. Tanto que también están por debajo del umbral de rentabilidad. Hace dos semanas se produjo un ligero incremento de los precios, pero insuficiente. De momento, tanto en la naranja como en el aceite de oliva está habiendo pocos movimientos en los mercados, lo que inquieta mucho a los agricultores, que necesitan vender ya.

El segundo sector agrícola en volumen e importancia en la provincia es el cereal. Este verano, los cerealistas ya pusieron el grito en el cielo. Pese a haber registrado, como en el caso del olivar, una campaña de rendimientos excelentes, lo que se le pagaba a los agricultores era muy inferior. Los precios se desplomaron, marcando mínimos y dejando a los cerealistas sin apenas margen de crecimiento.

Pero hay un cuarto sector que está sufriendo especialmente los rigores de los bajos precios que se pagan en origen: la ganadería. Sobre el sector lácteo se cierne desde hace años una crisis absoluta que amenaza con la supervivencia misma de las explotaciones.

Eso sí, los precios que finalmente paga el consumidor apenas si han notado el escaso margen que reciben los agricultores en origen como los cordobeses. La organización agraria COAG elabora todos los meses una comparativa muy visual sobre la diferencia entre los precios en origen y en destino. Así, por ejemplo, un consumidor paga en el supermercado un 1.000% más de lo que recibe en origen un productor de naranjas. Es decir, un agricultor percibe 12 céntimos de euro por cada kilo de naranjas. El consumidor las paga a 1,42 euros.

El caso de la naranja es el más extremo, pero no es el único. El ajo también tiene un diferencial del 708% (en origen el precio es de 65 céntimos el kilo y en el mercado de 5,25 euros), el de la aceituna de mesa alcanza el 624% (en origen su precio es de 66 céntimos y en el supermercado se paga a 4,78 euros) y la carne de cerdo es de un 413% (a los ganaderos le pagan a 1,07 euros el kilo y en el supermercado se abona a 5,49 euros).

En cuanto a los productos más cordobeses, en el caso de la leche en origen el precio es de 29 céntimos el litro y en el supermercado se paga a una media de 75 céntimos. El aceite en cambio se paga al olivarero a 2,60 euros el kilo y en el supermercado a 4,85 euros el kilo.

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