El obispo alaba a jóvenes universitarias que ante un embarazo “no cedan a la presión homicida”
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha alabado que “algunas jóvenes universitarias”, ante “un embarazo imprevisto” y en el marco del Premio 'Madre y maestra de vida', instituido por la Escuela de Magisterio de la Iglesia Católica en Córdoba, “contra viento y marea han adoptado la postura contracultural de aceptar al hijo de sus entrañas, no han cedido a la presión homicida y ahora gozan de su criatura, que no cambiarían por nadie ni por nada en el mundo”.
Así lo ha subrayado el obispo en su carta semanal, recogida por Europa Press, en la que ha aludido a como la fiesta de la Pascua coincide con la Jornada por la Vida, cuyo lema este año es 'Educar para acoger el don de la vida', señalando Demetrio Fernández que “la vida es un don de Dios desde su concepción en el seno materno” y, “sea como sea, una nueva vida merece todo el respeto del mundo, porque es sagrada”, lo que quiere decir que “no podemos ni debemos acostumbrarnos al aborto, que se realiza a escalas kilométricas en nuestro entorno”.
En este sentido ha señalado que “el derecho a decidir choca frontalmente con el derecho a la vida, y debe prevalecer” éste último sobre el otro, pues “nunca se puede suprimir la vida de un ser inocente en el seno materno, que siempre debe ser el lugar más cálido y seguro de acogida de la vida naciente”.
Por ese motivo, según ha recordado en su carta el obispo, la Escuela de Magisterio de la Iglesia Católica en Córdoba “ha promovido el Premio 'Madre y Maestra de vida', que ha suscitado su correspondiente polvareda”, cuando de lo que se trata es de “premiar a aquellas mujeres jóvenes que, en el uso de su libertad, deciden acoger la vida que ha brotado en un embarazo imprevisto”.
“Toda la sociedad se les echa encima --prosigue la carta--, casi todos las incitan a abortar para quitarse el problema de en medio: profesionales de la salud, familiares, amigos, etcétera”, de tal modo que, “dada la cultura de la muerte que se ha extendido como pólvora entre nosotros, es muy difícil asumir la viabilidad de ese embarazo, que traerá al mundo una nueva criatura”.
A pesar de ello, según ha resaltado Demetrio Fernández, “algunas mujeres jóvenes universitarias, contra viento y marea, han adoptado la postura contracultural de aceptar al hijo de sus entrañas, no han cedido a la presión homicida y ahora gozan de su criatura, que no cambiarían por nadie ni por nada en el mundo”, y “al premiar esto, que no deja de ser un gesto heroico en nuestros días, no faltan quienes se rasgan las vestiduras por contradecir el pensamiento único y lo políticamente correcto”.
En opinión del obispo, “pequeñas acciones como ésta van educando para acoger el don de la vida”, labor en la que también está implicada, según ha recordado, la Congregación de las Adoratrices, “que por carisma fundacional se dedican, también en nuestra Diócesis de Córdoba, a acoger la vida y a las madres gestantes, víctimas de la trata, provenientes de la prostitución y de las redes que esclavizan a la mujer”.
A este respecto, Demetrio Fernández ha destacado que “merecen un monumento estas religiosas y los voluntarios que las ayudan, por poner en riesgo sus vidas en favor de la dignidad de la mujer y de la vida naciente”, algo que “la Congregación lleva haciendo más de siglo y medio, pero es un carisma verdaderamente actual en nuestro siglo XXI”, de modo que, según ha insistido, “acoger el don de la vida es una de las principales tareas de nuestro tiempo, para la que hemos de educarnos todos”.
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