Maese Luis, 22: la sede de periódicos de los años 30
En el barrio de la Judería, una casa patio sirve de vivienda a una familia y para la puesta en marcha de un taller de cerámica
El periodismo político es la seña de identidad de la casa situada en Maese Luis, 22. La izquierda republicana y la derecha más afín a la dictadura de Franco vieron nacer en este edificio sus principales armas propagandísticas de la ciudad. Primero fue el socialista El Sur (1932-1934), de la mano de Fernando Vázquez Ocaña, y después, Guión (1936-1937), que se convirtió en un órgano de expresión de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA).
Pero la historia de esta casa se remonta a varios siglos atrás. Fue una antigua casa señorial perteneciente al Mayorazgo de la Marquesa de Alcañices. Su primera venta data del año 1803, en el que mediante una Real Cédula, concedida por Carlos IV fue autorizada la operación. Tras esta época histórica, el periodismo se asentó en este edificio hasta mediados de la guerra civil española. Tras años de abandono, Luisa García y su marido compraron la casa a finales de los años 90.
“Llegamos en 1998 y empezamos a rehabilitarla”, explica García, que es también la presidenta de la Asociación Cordobesa de Artesanos. Su pasión por la cerámica le ha llevado a construir en la parte baja de la casa un taller dedicado a este material; una zona declarada de interés artesanal por el Ayuntamiento de Córdoba. Anteriormente, García disfrutaba de su taller en el patio de Marroquíes, 6. La parte superior de esta casa alberga la vivienda de la familia.
Justo un año después de su llegada, García decidió abrir las puertas del patio y participar en el Concurso de Patios. Ese año obtuvo un accésit y entre los múltiples reconocimientos que ha recibido destacan un primer premio en 2011 y tres terceros en 2012, 2013 y 2014. Además, esta casa participa en el Concurso de Rejas y Balcones, certamen en el que también ha conseguido reconocimientos.
Aunque el patio de esta casa no es muy amplio, dos limoneros en “espaldera” y unos ventanales de color blanco le dan el toque singular, muy alejado de la tipología propia de un patio cordobés. Además, la casa cuenta con una columna del siglo XVII y un torreón que se llegó a usar de secadero.
García cuenta que la preparación del patio para este año “ ha sido a contrarreloj”. ¿El por qué? El calor del verano pasado, “que hizo que murieran buena parte de las plantas”. Es por ello por lo que, en su mayoría, en este patio predominan plantas nuevas, diferentes a las de otras ocasiones.
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