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DAVID DORADO
Las maniobras de Dorado que presagian un curso complejo en Capitulares con elecciones municipales a la vista

Badanelli (Vox), con Isabel Albás (Cs), Bellido (PP) y Fuentes (PP) en el Salón de Plenos.

Juan Velasco

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¿Cómo se queda el equipo de Gobierno de PP y Cs en Córdoba tras el movimiento anunciado (y revocado) este lunes por David Dorado? Es la pregunta que se hacen en prácticamente todas las plantas y despachos del edificio de Capitulares, sede el Ayuntamiento de la capital, donde, tras una primera mitad de agosto movidita, en la que han salido a la luz varios choques entre los técnicos y funcionarios de mayor rango de la corporación, se espera un septiembre de máxima tensión que puede marcar los nueve meses que quedan de legislatura.

La fecha clave está fijada en el calendario: el 22 de septiembre. Ese día será el Pleno extraordinario en el que el alcalde, José María Bellido, tendrá que dar cuenta de sus tres años de mandato. Es una especie de debate del Estado de la Ciudad, si bien se convocó en respuesta a la petición del PSOE, que demandó una sesión extraordinaria en la que el regidor rindiera cuentas del estado de su pacto con Ciudadanos. Aquello fue en julio, tras las primeras declaraciones de David Dorado en las que pedía la dimisión de Bellido.

El pacto de Gobierno entre PP y Cs está hoy mucho más tocado que entonces, pero ni mucho menos hundido. La renuncia de Dorado a la Portavocía de Ciudadanos y su paso al grupo adscrito, iba a dejar al Gobierno Municipal en una situación de minoría cualificada frente a la bancada de la oposición, algo inédito en lo que llevamos de mandato. Así fue hasta las 23:30 de este lunes. Todo el mundo andaba haciendo números, porque, con el paso al lado del concejal, el Gobierno de PP y Cs sumaba sólo 13 de los 29 concejales que tienen acta en Capitulares. La oposición, formada por PSOE, IU, Podemos y David Dorado, iban a tener 14.

Finalmente, en un movimiento que sólo se entiende si pensamos en llamadas de las que agotan la batería del teléfono, Dorado anunció a última hora de la noche que se quedaba de concejal raso dentro del grupo municipal, devolviendo la mayoría al Gobierno de PP y Cs. Lo hizo a través del gabinete de comunicación del PP en el Ayuntamiento, en un gesto que se presta a interpretaciones.

La cuestión es que, más allá de los últimos movimientos, la relación entre Dorado y el alcalde lleva fría desde hace meses, por lo que, si el hasta ahora portavoz de Cs hubiera querido torpedear al equipo de Gobierno, lo habría hecho. Si no lo ha hecho hasta ahora, visto su vídeo de renuncia, nada apunta a que Dorado se vaya a convertir en un miembro de facto de la oposición. Ni desde Cs ni desde el grupo no adscrito.

Cs vuelve a mostrarse descosido

Otra cosa es cómo pueda afectar la relación con sus excompañeros. El vídeo con el que Dorado ha anunciado su marcha del grupo municipal Ciudadanos no hace presagiar que vaya a haber paz a la vista para con ellos. La ruptura es total con sus compañeros de bancada, que además, han pedido a Cs que tome medidas contra él.

Al final, se queda, que diría Piqué. Como se quedó la actual delegada de Casco Histórico María Luisa Gómez Calero, una concejala que había sido expulsada previamente de la formación y que, en otra crisis de Gobierno, pasó al grupo popular, en una operación que capitaneó el propio alcalde.

Ocurrió en febrero de 2021, cuando dimitió Eva Timoteo (Cs), entonces delegada Servicios Sociales, tras la información que dio a conocer Izquierda Unida (IU) de que seguía compaginando su cargo público con su despacho como procuradora, sin haber informado al Pleno ni que este hubiera aprobado la compatibilidad para ello. Tras varias semanas de acusaciones de la oposición y el apoyo en un primer momento de PP y Cs, Timoteo se vio forzada a renunciar al acta. Para sustituirla, la siguiente en la lista de Cs era María Luisa Gómez Calero, enfrentada con el también concejal de Ciudadanos Manuel Torrejimeno.

Previamente, Gómez Calero había dimitido en su cargo de gerente del Imdeco por “presiones que rozaban la ilegalidad” recibidas de Torrejimeno, asunto por el que se abrió una comisión de investigación en el Ayuntamiento y que llegó a los tribunales con la denuncia del presidente del Imdeco a su exgerente, por presunta revelación de secretos, que el juez archivó. Con todo ello, finalmente Gómez Calero tomó posesión del acta de concejala que le correspondía, para llevar la delegación de Casco Histórico, con un pacto de 'no agresión' en las filas naranjas y una nueva remodelación de áreas en el gobierno municipal.

Y, cuando todo parecía haberse reconducido en el equilibrio de poderes, el caso Infraestructuras, inicialmente una denuncia de IU y Podemos contra la gestión de David Dorado al frente de este área del Ayuntamiento volvió a tambalear al equipo de Gobierno. La relación entre Dorado y Bellido se resintió hasta el punto de que, a finales de noviembre de 2021, se le retiraron todas sus competencias. “David Dorado no tendrá delegación porque así lo hemos decidido los dos grupos del gobierno, incluido el propio señor Dorado”, señaló el alcalde en una rueda de prensa, acompañado de Isabel Albás, anunciando ambos la cuarta remodelación del gobierno municipal en este mandato, y con el alcalde pidiendo expresamente a Cs su apoyo.

Dorado se mantendría desde entonces como concejal liberado y viceportavoz del grupo de Ciudadanos, cada vez más distanciado de los que habían sido sus compañeros, y lanzando reproches contra el alcalde en plenos y redes sociales. Así, hasta que este lunes, Dorado ha anunciado por sorpresa su renuncia de toda responsabilidad en el grupo naranja.

Vox, más necesario para el cogobierno

Una de las primeras voces en reaccionar a este anuncio era la de Paula Badanelli, portavoz de Vox en el Ayuntamiento. Era lo natural, puesto que la gobernabilidad y la aprobación de normas clave en un año preelectoral, pasará por los acuerdos con ella y con Rafael Saco, el segundo concejal que tiene la formación de derecha radical en Córdoba. Las relaciones no siempre han sido cordiales, aunque Vox ha estado con el PP y Cs en la mayoría de las votaciones importantes, empezando por la que convirtió a Bellido en alcalde.

No obstante, Badanelli ya recordó este lunes que está en sus planes llevar a la Fiscalía la contratación del Instituto Muncipal de Turismo (Imtur), un área que está en manos de la concejala número 1 de Ciudadanos, Isabel Albás, contra la que ha sido especialmente crítica a lo largo de los últimos tres años. Además, la portavoz de Vox marcaba distancias este lunes con respecto a Bellido y su equipo. “Ya no hay sombra de duda, hay grandes nubarrones sobre este gobierno”, señalaba la edil, dando por buenas las acusaciones de presunta corrupción vertidas por Dorado.

Y, en el horizonte de todos los implicados, otra fecha más importante aún que la del 22 de septiembre: mayo de 2023. Hay año electoral a la vista y una complicada aritmética en Capitulares para aprobar los contratos y golpes de efecto propios del último cuarto de la legislatura. Aunque, antes de pensar en mayo, el alcalde, su equipo y su socio de Gobierno tienen que pensar en cómo van a encarar el próximo Pleno, en el que Dorado, Bellido y Albás, se verán las caras ante las cámaras de televisión.

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