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Una familia recurre al Defensor tras años de quejas por los veladores de un bar colocados delante de su casa

Imagen recurso de un bar

Alejandra Luque

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Seis años ha tardado una familia en ser escuchada y atendida por un ayuntamiento local ante la situación insostenible que vivía provocada por los veladores de un bar. Según ha podido conocer este periódico, fue en 2014 cuando la familia formuló la primera denuncia ante el Ayuntamiento de Priego. El ruido hacía insoportable el descanso y las mesas y sillas se colocaban justamente delante de su fachada. La ausencia de respuesta por parte de la administración llevó a estos vecinos a presentar un escrito ante el Defensor del Pueblo Andaluz quien, más un año después de formular la queja, por fin ha obtenido respuesta: el Ayuntamiento ha enviado al dueño del bar un plano de disposición de los veladores que ya está cumpliendo.

En el escrito de la queja presentado por la familia ante el Defensor se hacía constar que “la terraza de veladores invade la fachada de la vivienda”, “tan cerca que es partícipe de las conversaciones de los clientes de esos veladores. Esta situación da lugar, además, a que la puerta de su vivienda sea el centro de diversas situaciones con niños menores de edad, que según dice, suelen ser los hijos de los clientes de los veladores del bar colindante”. La afectada continuaba explicando situaciones que vivía noche tras noche: “Pago mis impuestos como cualquier prieguense y aunque sólo sea por eso creo que tengo derecho a algo y aparte de aguantar hasta las tres de la madrugada todo el jaleo de las tertulias taberneras con los niños pequeños gritando, llorando y dando balonazos en la ventana y la puerta, las mesas me las ponen a tan pocos centímetros de mi portal que los niños se lo toman como si fuera parte de su entretenimiento y que entran y salen, cierran la puerta y la abren, y hasta sacan la alfombrilla. Otro de los juegos es recoger los trozos de limón que la gente no quiere, y que están en el suelo, y tirarlos dentro de mi portal”.

La afectada había denunciado esta situación ante el Ayuntamiento desde agosto de 2014 hasta el mes de septiembre de 2017; unos hechos que a juicio del Defensor se produjeron ya que el Consistorio no vigilaba que el propietario del bar cumpliera con la normativa, además de a un “excesivo número de veladores” autorizado. Ante las numerosas denuncias, la administración local “debería haber evaluado la situación para reconsiderar el número de mesas y sillas autorizadas a este bar para asegurarse de que su disposición en el acerado no implicada la vulneración de la intimidad o el descanso de esta familia”. Sin embargo, estas medidas “no se adoptaron”, apunta la institución.

El último recurso de esta familia fue recurrir al Defensor. Una vez admitida a trámite su queja, la institución autonómica pidió información detallada al Ayuntamiento sobre el número de mesas y sillas autorizadas a este bar, si se habían establecido señales fijas sobre la disposición de este mobiliario, si se había valorado el impacto acústico que se estaba ocasionando y si, además, la Policía Local había actuado anteriormente. Sin embargo, el Defensor no obtuvo respuesta a ninguna de estas cuestiones sino tan sólo “la copia de un acuerdo municipal” en el que se hacía constar que la queja sería remitida a la policía local, al departamento de ingresos y al Área de Presidencia a fin de que comprobasen las irregularidades“ que se podrían estar cometiendo.

A fecha de julio de 2019, y tras tres requerimientos de más información, el Ayuntamiento prieguense seguía sin contestar al Defensor. Esta ausencia de respuesta, hace hincapié Jesús Maeztu, ha supuesto “un incumplimiento del deber de auxilio y colaboración” al que está obligado el Consistorio. Mientras que se producía este silencio administrativo, la afectada seguía remitiendo escritos al Defensor informando que la situación seguía “igual”.

Ha sido en diciembre de 2020 cuando el Ayuntamiento de Priego ha contestado a la queja asegurando que actualmente no existe ordenanza que controle “estas situaciones” , sino tan sólo una ordenanza fiscal de tasas por ocupación del espacio público. En concreto, aseguran fuentes municipales, el bar tenía autorizados 72 m2 para veladores, que debían disponerse siempre dejando libre el acceso a las viviendas particulares y fuentes colindantes, así como un pasillo peatonal. A pesar de que la respuesta a la queja no se atañe a lo preguntado por el Defensor, el ayuntamiento sí ha enviado al propietario del dueño el bar un plano de distribución de la terraza. Tras una visita de la Policía Local se ha comprobado que el establecimiento cumple con lo indicado en el plano, por lo que el Ayuntamiento ha prorrogado la licencia como en años anteriores.

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