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Diario del Confinamiento | Husos horarios y hostelería

Carta de husos horarios utilizada por Ch. Lindberg en el primer vuelo transoceánico.

Juan José Fernández Palomo

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Los dueños de los bares de la ciudad quieren ahora que el ayuntamiento les prorrogue el horario de recogida de mesas y veladores en la vía pública hasta las tres de la mañana, en vez de a las dos, que era “muy temprano”.

El cierre de su actividad durante meses, las restricciones de las nuevas fases de desescalada y también el clima son los justificantes de su propuesta.

El sector se queda corto en sus peticiones o sugerencias o cómo le llamen esta vez al chantaje con el que continuamente someten a instituciones y ciudadanía. Ellos son así, se creen muy importantes. Y, lo que es peor, les hemos dejado que se sientan así. Los ciudadanos y los representantes de la ciudadanía.

Que ocupen el viario público, da igual; que haya en pleno casco histórico protegido sombrillas de publicidad, da igual; que son esenciales en Semana Santa, como la propia Semana Santa, da igual; que el ayuntamiento sufrague los toldos, da igual; que molestan a los vecinos, da igual; que no arrastran sillas y mesas en la madrugada para no molestar y así te los encuentras por las mañanas dispersados en la acera con el bar cerrado, da igual; que las arrastran, también da igual.

Son los “que dan trabajo” –esa expresión tan cercana a una caridad peor que entendida. Son los “que levantan esto” a base de mal contratar, pagar en negro y recalentar albóndigas precocinadas en un microondas presentándolas en la carta como “comida tradicional”.

¿Cómo le van a pagar al camarero o camarera de turno que trabaje una hora más de madrugada si ya estará mal pagado y con menos papeles que la guantera de un cayuco?

¿Van a seguir engañándonos? ¿Tendrán la poca vergüenza de autodefinirse “esenciales” en la recuperación? ¿Se lo seguiremos aguantando nosotros y nuestros representantes? ¿Serán capaces de reconvertirse con elegancia y criterio o seguirán sumergiendo flamenquines y patatas congeladas en freidoras a cascoporro? ¿Sabrán discutir sobre valor añadido?

Ya puestos, ya que son tan importantes, que disparen más arriba y exijan a las autoridades del mundo mundial que les cambien el huso horario y que adopten para Córdoba el de Auckland, en Nueva Zelanda, donde cuando yo escribo en viernes ya es sábado y cuando me tomo un vermut a las dos, allí es medianoche.

Más fresquito en la terraza.

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