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La desescalada supone un “ligero” incremento de contaminación del aire tras su destacada reducción

Panel que informa sobre los niveles de polución en Córdoba | ÁLEX GALLEGOS

Redacción Cordópolis

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La concentración de contaminantes en el aire de Córdoba se ha reducido desde finales de marzo y principios de abril, ante el descenso evidente de la actividad y consecuentemente de las emisiones durante el estado de alarma por el coronavirus, hasta principios de mayo, que, aunque sigue vigente dicho estado, ya se permite mayor libertad de movimientos conforme al plan de desescalada impulsado por el Gobierno central, algo que conlleva un “ligero” incremento de los valores.

Así se refleja en la recopilación de los datos medidos en las estaciones de la Red de Vigilancia y Control de la Calidad del Aire de Andalucía en la capital, disponibles en la web de la Junta de Andalucía sobre 'Informes diarios de calidad del aire' desde el 1 de marzo y facilitados a Europa Press por el Ayuntamiento de la ciudad.

Entre las conclusiones del informe facilitado, se expone que a partir del 4 de mayo, cuando se inicia la denominada desescalada, la primera semana ya ha supuesto “un claro cambio de tendencia, comenzando a incrementar ligeramente los valores”, si bien “evidentemente no se llega a alcanzar aún los niveles previos al confinamiento en la mayor parte de los contaminantes”.

En concreto, los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), contaminante muy asociado al tráfico, vuelven a valores de alrededor de la mitad de los iniciales en marzo, en torno al 50-60 por ciento de reducción, frente al 75 por ciento anterior, registrado durante el estado de alarma.

Los niveles de partículas en suspensión (Part) también suben “ligeramente” hasta valores de alrededor del 50 por ciento respecto a los de mediados de marzo. No obstante, en estas semanas se ha observado “una mayor influencia en las lecturas provocadas por las incursiones de polvo sahariano, con incrementos puntuales que duran uno o dos días para después volver a recuperar valores inferiores”.

Mientras, los niveles medios de ozono (O3) siguen “estables”, pero se ha realizado un seguimiento de variables meteorológicas que han mostrado cómo “los días cubiertos de lluvia los niveles se mantenían bajos, mientras que los despejados, en los que las temperaturas empiezan a alcanzar o superar los 30ºC, ofrecen valores superiores, cercanos a los valores límite --si bien no mantenidos en promedios octohorarios como recoge la normativa--”.

Por otra parte, los niveles de monóxido de carbono (CO) y de dióxido de azufre (SO2), relacionados también con el tráfico, se mantienen en valores “bastante homogéneos”, aunque recuperan valores “cercanos a los iniciales”.

El confinamiento

En cuanto al período de confinamiento, en el informe se detalla que durante la segunda quincena de marzo los valores tendieron a “estabilizarse” e incluso iniciaron “ligeras reducciones, que fueron evidentes al final del mes e inicios de abril”.

De este modo, los niveles de dióxido de nitrógeno se redujeron por debajo de la mitad en tres estaciones de la citada red --Asomadilla, Al-Nasir y Lepanto-- respecto a los iniciales de primeros de marzo. Los niveles de partículas también se redujeron alrededor de la mitad en las tres estaciones respecto a los de mediados de marzo.

Asimismo, los niveles de ozono medidos en Lepanto y Asomadilla se vieron incrementados entre un 20 y un 30 por ciento en este período. Aparentemente, como contaminante secundario, “no tiene una respuesta inmediata a la reducción de la actividad y parece mantener cierta inercia que cuesta algo más de vencer”. Además, sus niveles están “muy influenciados por las condiciones de radiación y temperatura”, por lo que “días despejados y de alta temperatura suelen venir acompañados de subidas en los niveles de ozono”.

Y los niveles de monóxido de carbono y de dióxido de azufre “no presentaron grandes cambios”, excepto en Asomadilla, en que SO2 “bajó casi a la mitad”.

Durante el mes de abril, la reducción de los niveles de todos los contaminantes fue “consolidándose”, de forma que los niveles de NO2 se redujeron por debajo de la cuarta parte en las estaciones respecto a los de marzo --cercano al 75 por ciento de reducción--.

Los niveles de partículas también se redujeron alrededor del 60 por ciento respecto a los de mediados de marzo. Los niveles de ozono medidos en Lepanto y Asomadilla iniciaron “una reducción que casi anula la anterior subida, llegando a ser de en torno al 20 por ciento en este período”. Y los niveles de monóxido de carbono y de dióxido de azufre se mantienen en “valores similares tras la bajada de la etapa anterior”.

El origen

Al respecto, durante las dos o tres primeras semanas de marzo se mantuvieron “niveles medios y entornos habituales de los contaminantes”. Así, los niveles de ozono medidos en Lepanto y Asomadilla se mantuvieron en valores reconocidos como situación “admisible, no superando los valores objetivo para la salud humana”.

Los niveles de dióxido de nitrógeno se mantuvieron en valores reconocidos como situación “buena” en las tres estaciones, a excepción del día 13 en Al-Nassir, que fue “admisible”. Como contaminante muy asociado al tráfico, de forma general resultan superiores en la estación de Al-Nassir.

Los niveles de partículas se mantuvieron en valores reconocidos como situación “buena” en las tres estaciones hasta el día 10, si bien entre el 10 y el 20 de marzo se produjeron “importantes incrementos que supusieron niveles de situación 'admisible' de forma general, alcanzándose situaciones calificadas como 'mala' los días 19 y 20”.

No obstante, se precisa que se comprobó que “estos picos fueron debidos a la presencia de polvo sahariano, como ya había sucedido en la superación de enero y las de febrero”.

Y sobre los niveles de monóxido de carbono y de dióxido de azufre se apunta que “no suelen resultar un problema en Córdoba, manteniéndose generalmente lejos de valores límite”. “Se encuentran también relacionados con las emisiones del tráfico y suelen ser superiores en Al-Nassir --aunque con poca incidencia--, manteniéndose esos días unas 20 veces por debajo de valores límite”, según recoge el informe.

Entretanto, el teniente de alcalde delegado de Infraestructuras, Medio Ambiente y Sostenibilidad del Consistorio, David Dorado (Cs), analiza que “hay valores de algunos contaminantes que se han reducido a lo largo del período de confinamiento claramente por la reducción de la actividad humana”. Sin embargo, “hay otros que no dependen solamente de la actividad en la ciudad”, aclara.

En declaraciones a Europa Press, el edil señala que “los valores de partículas en suspensión han tenido una reducción gradual, aunque puntualmente se han producido picos debido a la llegada a la ciudad de polvo subsahariano”.

Por otro lado, subraya que “queda demostrado que hay una sustancia contaminante, concretamente el ozono troposférico, que no depende de la actividad humana”, si bien indica que “en algunas ocasiones las subidas en la concentración de esta sustancia se ha achacado a la actividad humana”.

Y es que, “los valores de presencia de esta sustancia, independientemente de la fecha medida, han sufrido un incremento muy importante los días soleados y con mayor temperatura y una importante reducción los días nublados”, según puntualiza.

Ante todo ello, el concejal remarca que “se sigue trabajando en la mejora de la calidad del aire, en particular, y del medioambiente, en general, desde la perspectiva de la sostenibilidad medioambiental, económica y social”.

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