CCOO aborda el copago farmacéutico y la brecha de las pensiones en unas jornadas
La Secretaría de Políticas Sociales y Migraciones de CCOO de Andalucía ha celebrado este jueves en Córdoba unas jornadas, enmarcadas en el Programa para el fomento del envejecimiento activo que desarrolla el sindicato en colaboración con la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, en las que se han abordado el copago farmacéutico y la brecha de las pensiones.
Según ha informado el sindicato, la secretaria de Políticas Sociales de CCOO-A, Rosa Berges, ha explicado que en estas jornadas se pretende analizar “las consecuencias que suponen para las personas pensionistas los recortes que ha sufrido el estado del bienestar, especialmente en el sector de la sanidad, y cómo eso ha afectado a las personas pensionistas, principalmente por el copago, pero también en listas de espera e incluso de su propia salud”.
En este ámbito, el miembro de la ejecutiva de la Federación de Pensionistas y Jubilados de CCOO de Córdoba Miguel Ángel Linares ha sido el encargado de desarrollar la cuestión referente al copago farmacéutico, apuntando que “son 9,5 millones de personas las afectadas” y que, “desde 2012, están haciendo frente a un copago bastante importante para la media de sus rentas, en torno a 120 euros al año”, lo que supone “el traspaso de rentas de los pensionistas a Farmaindustria a través del copago”, y que “se valoran en más de 8.000 millones de euros”.
“Los efectos del copago --ha proseguido-- son que la accesibilidad de las personas mayores al sistema de salud se ha dificultado, sus rentas se han aminorado, al tiempo que ha aumentado la desigualdad y dos millones de personas han abandonado los tratamientos”, mientras que las autoridades sanitarias se dedican a “mirar para otro lado”.
Sobre la brecha de las pensiones, Berges ha indicado que en Córdoba hay más mujeres que hombres pensionistas y que ellas cobran más de 350 euros menos al mes que los hombres porque “tienen principalmente pensiones de viudedad, y también porque tienen pensiones más pequeñas derivadas de su propio trabajo por razones que todos conocemos”.
Entre ellas, ha citado “la parcialidad, la menor tasa de actividad de las mujeres, y los periodos que dedican al cuidado de las personas mayores y de los menores”, por su “rol histórico de cuidadoras, y también porque al tener peores contratos tienen también peores categorías profesionales, con lo cual sus cotizaciones son de menos de tiempo y por menos cantidad”.
Esto supone que la capacidad económica de las mujeres es mucho más baja que la de los hombres, con lo que “viven más años, pero en peores condiciones”, según ha recalcado la responsable sindical, quien ha insistido en que este hecho deriva de “la situación de las mujeres en el mercado laboral”.
En este sentido, la secretaria de Mujer de CCOO de Andalucía, Yolanda Carrasco, encargada de desarrollar la ponencia sobre 'Brecha salarial, pensiones e igualdad', ha resaltado que “es muy importante erradicar la brecha salarial que sufren las mujeres durante su vida laboral, que viene girando en torno al 23-24 por ciento en Andalucía, y de ahí no ha descendido en más de una década”.
Así, a pesar de que las mujeres se han “ido incorporando al trabajo, que cada vez” y acceden “a puestos cada vez más cualificados”, sus salarios “siguen siendo menores y esto repercute, tanto durante la vida laboral de la mujer, como aún más en la jubilación”, considerando Carrasco que “no es de recibo que más de la mitad de las mujeres andaluzas cobren menos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), lo cual crea precariedad durante toda su vida y pobreza en la ancianidad”.
Para eliminar estas discriminaciones, CCOO propone una serie de medidas, como “la revalorización de los puestos de trabajo, teniendo en cuenta que existe una gran segregación que ha dado lugar a diferentes valores en los puestos de trabajo; las medidas de corresponsabilidad y conciliación, así como los planes de igualdad en las empresas”.
A juicio del sindicato, éstas “son medidas que se pueden poner en marcha fácilmente y que permitirían que las mujeres pudieran conciliar vida laboral y familiar, sin que tengan que producirse las interrupciones que luego tienen esas repercusiones nefastas sobre las pensiones de las mujeres”.
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