Asociaciones islámicas se unen en una federación con sede en Córdoba para promover valores de igualdad y tolerancia
Media docena de asociaciones islámicas en España se han unido para crear la Federación Ibn Masarra (Fecim), una organización que tendrá su sede en Córdoba y con la que pretenden promover los valores de su religión en el contexto de los derechos humanos, la igualdad, la solidaridad o la tolerancia, entre otros.
Fecim ha presentado su proyecto este miércoles en la Casa Árabe de Madrid, en donde su directiva ha hablado de iniciativas basadas, principalmente, en la implicación de jóvenes y mujeres en la comunidad islámica, evitar la radicalización y evitar que el islam se siga “extranjerizando”.
La federación cuenta con la presidencia de honor de Isabel Romero, directora del Instituto Halal de Junta Islámica, quien ha lamentado que hace años la comunidad islámica sólo cuenta de forma pública con voces que no representan a todos los practicantes. Esta es la razón por la que ha nacido Fecim, ha explicado, además de aclarar que la visión de esta organización es mirar “al futuro”.
Romero ha reconocido que existen voces críticas al nacimiento de esta nueva federación. De hecho, ha tenido que disculpar la ausencia en la presentación del presidente de la Comisión Islámica de España, Riay Tatary, por un asunto personal, para evitar malentendido sobre el apoyo de la comunidad a este proyecto.
Un plan de trabajo “realista”
“Venimos a aportar futuro”, ha apuntado, para añadir que serán los jóvenes musulmanes españoles los que cojan las riendas de Fecim para “refrescar” el colectivo y aportar nuevas ideas.
Para el presidente de la federación, Hanif Escudero, este nacimientos es “ilusionante”, pues proyecta iniciativas a corto y largo plazo, con un “plan de trabajo realista”. Así, ha destacado que entre los principales objetivos de Fecim, está el promover la participación de los musulmanes en España en todos los ámbitos de la vida social, económica y cultural y trabajar desde una posición de independencia ideológica en la aplicación del islam a las vivencias del siglo XXI.
Desde Fecim reconocen que hay una generación de musulmanes en España que demandan una organización más adaptada a su entorno, con una moderación, tolerancia y respeto “propias del islam” que no se olviden de la igualdad entre mujeres y hombres, como marca la Constitución del país, tanto dentro del colectivo como dentro de las mezquitas.
“La Fecim difundirá entre los jóvenes musulmanes todos estos valores, referenciados en el islam y en los valores de las sociedades democráticas”, trabajando “por la incorporación de las mujeres musulmanas a la vida comunitaria y asociativa en su sentido más amplio, promoviendo la igualdad de género y la no discriminación, y apoyando a aquellas mujeres que, por distintos motivos, sufran violencia o discriminación”, recoge el ideario de la organización al respecto.
Unión de la cultura española e islámica
Pero, además, la federación busca promover una intensa actividad a favor de la prevención de la radicalización en cualquier ámbito, la islamofobia y los delitos de odio en el seno de la sociedad española. En este sentido, la vicepresidenta de Fecim, Bárbara Ruiz, ha hablado de la “extranjerización” del islam en un país “cuyo patrimonio material e inmaterial” tiene mucho que ver con la presencia de esta religión.
Ruiz explica que en España “no se ha trabajado mucho” en materia de tolerancia porque no tiene la experiencia de otros países europeos en diversidad. De ahí que considere necesario el combatir “la fobia” a lo islámico y dar a conocer que la cultura española tiene mucho en común con la religión y que los musulmanes españoles tienen una forma de vivir su religión “muy suya”.
Finalmente, el secretario general de la organización, el filósofo e islamólogo Antonio de Diego, ha querido poner en valor en nombre elegido por Fecim para su nacimiento, el del “primer filósofo que tuvo Al Andalus”, Muhammad Ibn Massarra. Como él, ha explicado, las asociaciones que pertenecen a esta federación buscarán, “en estos tiempos en los que el populismo triunfa”, respetar “los diferentes modelos de salvación”. “La aconfesionalidad del Estado se debe defender desde las comunidades religiosas”, ha concluido.
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