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Otro arancel de Trump y los precios por los suelos alarman al sector del aceite, del que viven miles de cordobeses

Manifestación por las calles de Madrid de olivareros cordobeses.

Alfonso Alba

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Miles de cordobeses viven del aceite de oliva. Raro es el pueblo de la provincia que no tenga olivos en su término municipal. Por eso, el olivar está considerado como un sector clave en la economía cordobesa. Si los olivareros estornudan, el resto de la economía cordobesa se resfría. Y en plena campaña de recogida de la aceituna, las perspectivas para el sector son de pesimismo extremo y cierto “pánico” ante dos circunstancias que amenazan su supervivencia: un nuevo arancel al sector anunciado por la administración de Donald Trump y que los precios no solo no suben sino que se siguen hundiendo.

Por ejemplo, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha advertido de “nuevas amenazas” de la administración estadounidense que dirige Donald Trump acerca de aranceles que, “de confirmarse, provocarán la ruina total a las cooperativas y al sector agroalimentario de la región”. La Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (USTR) ha publicado en su boletín oficial una nueva notificación con la que somete a consulta pública su disposición a gravar nuevos productos españoles, así como a elevar los aranceles existentes o los adicionales al 100%. Esta publicación incluye al aceite de oliva a granel, lo que podría dificultar la exportación de este producto, y lo que haría que se hiciese mucho más complicado su comercio.

Aparte, el sector sigue viviendo una crisis de precios. La activación del almacenamiento privado no ha funcionado. La primera subasta ha quedado desierta y el precio sigue hundiéndose. Actualmente, el precio medio del aceite está en 2,1 euros el kilo. El aceite de oliva virgen extra se paga a 2,27 euros el kilo, según el sistema PoolRed. En cambio, el virgen está a 1,8 euros el kilo y el lampante en torno a los 1,7 euros el kilo.

Este mismo jueves se abre una nueva subasta para el almacenamiento privado de aceite. Este es un sistema que retiene producto, evita que haya excedentes y conlleva la lógica subida de precio. El almacenamiento se paga gracias a la ayuda de la Unión Europea. En caso de volver a quedar desierto, los productores temen que los precios se vuelvan a desplomar, y que la actual campaña sea hasta cierto punto ruinosa.

A eso se unen los aranceles estadounidenses. Desde Cooperativas Agro-Alimentarias explican que, desde la segunda quincena de octubre, el aceite de oliva envasado, la aceituna verde --la negra ya soportaba tasas del 34,79%--, el vino, frutas como los cítricos, los elaborados de porcino, así como quesos y lácteos, “ya sufren un 25% de impuestos en frontera americana”. Estas tasas “sólo en aceite de oliva embotellado y aceituna verde afectan a ventas por valor de 436 millones de euros a nivel nacional, las cuales mayoritariamente impactan en los productores y cooperativas andaluzas”, según la organización de cooperativas.

Ahora, “lo que se propone desde Estados Unidos es incluir la comercialización de aceite de oliva a granel --unas 55.000 toneladas que se sumarían a las 60.000 embotelladas--, y ampliar las frutas, zumos y vinos gravados --añadiendo espumosos y generosos--, al tiempo que se discute si elevar al 100% los anteriores aranceles y los recogidos en el nuevo documento”, según Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, que insiste en que, “de confirmarse la nueva amenaza de Estados Unidos”, puede suponer “la debacle de uno de los principales motores de la economía española”,

Ello sería así “no sólo por lo que se deje de exportar a Estados Unidos y otros países europeos, sino por la saturación que se va a producir en los mercados europeos e internacionales, y por la bajada inmediata de precios que va a causar en todos los sectores agrícolas y ganaderos afectados”, según argumenta la federación, que vuelve a insistir a las administraciones regional y nacional en que “es necesaria una posición de fuerza ante Bruselas”.

Además, la organización de cooperativas asevera que “bajo ningún concepto se puede mantener una actitud de pasividad ante el mayor atentado sufrido por el sector agroalimentario español en la historia”.

“Se están poniendo en juego cientos de miles de salarios, de jornales, el futuro de las cooperativas y del medio rural, la sostenibilidad medioambiental, el crecimiento económico de Andalucía y de España”, alerta Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, desde donde se ve con “enorme alarmismo” esta situación y “con total indefensión”.

Así las cosas, la organización avisa para concluir de que, “de no avanzarse políticamente con actitud firme y contundente en Europa y ante Estados Unidos, movilizará a sus cooperativas asociadas --son 660 que aglutinan a cerca de 286.000 productores--, para paralizar España, a fin de que su voz sea escuchada donde corresponde”.

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