Aguilar de la Frontera recuerda a Ángeles Zurera tras diez años desaparecida
La familia de Ángeles Zurera, la mujer desaparecida el 2 de marzo de 2008 en Aguilar de la Frontera (Córdoba), ha convocado para este viernes una manifestación por las calles de Aguilar con salida y llegada a la Plaza de San José, desde las 19:00 horas.
Esta cita se produce con motivo de los diez años de desaparición en los que se ha buscado en distintas zonas sin despejar dudas sobre su paradero y que en lo judicial el único investigado es el exmarido y la Audiencia Provincial ha confirmado el archivo provisional del caso.
Según ha informado a Europa Press el hermano de Ángeles, Antonio Zurera, para esta convocatoria se espera la presencia de familiares de Francisco Molina, el joven de la capital cordobesa desaparecido en julio de 2015, y de Manuela Chavero, la mujer de Monesterio (Badajoz) a quien se le perdió el rastro en julio de 2016, así como asociaciones de mujeres y el presidente de la entidad QSD Global, Paco Lobatón.
Al respecto, la familia confía en nuevas pruebas que se han solicitado de manera privada, como el análisis de dos teléfonos móviles de ella, de cara a esclarecer “algo” el caso, tras el archivo provisional confirmado por la Audiencia recientemente.
Así, el hermano de Ángeles ha explicado que en la causa “lo único que se ha mirado de los teléfonos es una lista que mandó la compañía telefónica con las llamadas entrantes y salientes, pero no se ha mirado nunca si hay una imagen, un vídeo o un mensaje”, a la vez que se va a pedir que sigan distintas acciones dentro de la investigación.
En este sentido, solicitarán encuentros con “las máximas autoridades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de la justicia en la provincia para pedir que continúe la investigación”, conforme al informe con las 30 diligencias que “no se han hecho y son el resultado del análisis de todo el sumario por personas especializadas”, entre ellas la petición de nuevas búsquedas, como en una balsa de alpechín.
De este modo, Zurera ha defendido que “la investigación siga adelante, independientemente de que en el juzgado se archive provisionalmente”, incluso con la posibilidad de acudir al Centro Nacional de Desaparecidos, porque “hay cosas que no se han hecho”, según ha dicho, para apostillar que prefiere que el grueso de las diligencias sea solo conocido por “los mandos policiales y el juzgado”, a la vez que ha confesado que después de diez años se mantiene “la misma situación de dolor, incluso peor”.
Unas 45 pruebas
En una de las últimas búsquedas, realizada en febrero de 2016 en Aguilar de la Frontera, se recogieron unas 45 pruebas tras peinar 13.000 metros cuadrados, entre ellas camisetas, dientes y zapatillas, que no resultaron positivas para el caso, de manera que descartaron esa zona, en una propiedad privada.
En la misma participaron, además de “multitud de ciudadanos”, efectivos de Cruz Roja y Protección Civil, miembros de la Asociación de Policía Internacional, así como policía especializada en casos de desaparición y miembros de la Fundación Europea de Personas Desaparecidas (QSDGlobal).
Al hilo de ello, la Audiencia Provincial reabrió el caso a finales de noviembre de 2011, tras contar con un testigo protegido, todo ello después de que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Aguilar de la Frontera dictó en junio de 2011 el sobreseimiento provisional de la causa contra el exmarido, al considerar que se había investigado todo lo que se había podido y no se pudo determinar nada.
Así, la Policía Judicial levantó, sin resultado alguno, una nave del exmarido, cuyo solar había sido rellenado los días posteriores a su desaparición. Para Antonio Zurera, esta noticia suponía “uno más de los tantos indicios”, a lo que añadió que el exmarido “fue condenado en su día a seis meses de cárcel” tras desparecer su hermana “por maltrato físico hacia ella, una agresión producida 12 días antes de que desapareciera”, aunque “no cumplió la condena porque no tenía antecedentes”.
Además, la Audiencia Provincial desestimó en abril de 2014 un recurso planteado por la familia de Ángeles, en el que solicitaba que el exmarido fuera sometido al test de la verdad, con el objetivo de poder esclarecer el paradero de la mujer.
En proceso de divorcio
Desde el principio del caso, las fuerzas de seguridad investigaron al exmarido de Ángeles Zurera, puesto que cuando se produjo la desaparición, el 2 de marzo de 2008, estaba en proceso de divorcio de su mujer.
Durante los diez años de investigación, se ha buscado por distintos lugares sin obtener resultado alguno, incluso se ha levantado un vertedero en el que el exmarido solía vaciar los escombros de obras que trasladaba en su camión.
Ángeles Zurera, madre de dos varones de unos 18 y 19 años en el momento de los hechos, desapareció sobre las 15:00 horas del 2 de marzo de 2008 cuando, tras despedirse de sus hijos, se marchó en un vehículo conducido por un individuo no identificado y dejando en la vivienda sus objetos personales, tales como gafas, lentillas y el Documento Nacional de Identidad (DNI).
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