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Se acabó la tregua: comienza la canícula a más de 38 grados

Una señora se protege del sol en el Puente Romano | ÁLEX GALLEGOS

Carlos Puentes

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La tregua del fin de semana toca a su fin. Julio encara su segunda quincena, la que se adentra de lleno en territorio canicular, con el termómetro haciéndose fuerte en la frontera de los 38 grados. La canícula, ese indefinido periodo del año a caballo entre mediados de julio y agosto, se caracteriza por acumular entre sus días los más cálidos del año, y la de 2019 lo hace alejada de registros históricos, pero apuntando a estabilizarse en la frontera que delimita el aviso amarillo por altas temperaturas en nuestra provincia.

Una semana a 38 grados y más allá

Pasada la DANA del fin de semana a mejor vida, ya de nuevo integrada en la circulación general atmosférica, el puzle de los grandes centros de presión dibuja un panorama de absoluta estabilidad sobre la Península Ibérica. Flujo débil de poniente sobre la mitad occidental y aire cálido estabilizado sobre la mitad sur peninsular. El juego entre ambos factores dejará un monótono escenario con temperaturas, tanto máximas como mínimas, muy estables durante casi toda la semana.

Sólo el aumento del flujo de poniente durante la jornada del miércoles permitirá un leve respiro en los termómetros, que verían recuperarse con fuerza a partir del jueves en toda la mitad sur peninsular. Ascenso de las temperaturas que volverá a poner a buena parte del interior de Andalucía, especialmente el curso medio y alto del valle del Guadalquivir, en terreno de los avisos por altas temperaturas.

Así, si lunes y martes los termómetros en la provincia a duras penas superarán los 38 °C, con una bajada puntual de un par de grados en la tarde del miércoles, para la segunda mitad de semana se espera que las temperaturas vuelvan a apuntar hasta la franja de los 40 °C. El aumento en la estabilidad de la atmósfera derivará en un recalentamiento de la masa de aire ya cálida que nos va a afectar, que se hará especialmente evidente durante la tarde del viernes.

Estabilidad que se notará de igual modo en unas mínimas que oscilarán entre los 18 y los 20 °C, que dejarán poco respiro en la tercera semana de julio, a la espera aún de que un episodio por calor nos afecte de lleno y dispare el termómetro hasta el peligroso terreno que habita más allá de los 42 grados. De momento tocará esperar, la canícula acaba de empezar y de momento lo hace sin pisar fuerte, pero con pie firme.

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