Altramuces, levantaos!
Se abre la veda de cines de verano en la ciudad. Olimpia, Zarco o Coliseo San Andres resultan ya nombres casi míticos para algunos cordopolitas. No sólo es un refugio de fumadores cinéfilos. Una de las mejores opciones para el horno que se avecina. El macuto cargado de víveres que pasa de forma legal ante el acomodador. Bocadillos de panceta y latas de cerveza. Un pepsi-cola y un paquete de salaíllos. La variante es múltiple para dar la bienvenida a la fiesta. Está bien visto posar los pies en la silla de enfrente. Pasan gatos 3D entre las piernas. Incluso resulta agradable la compañía del exgobernator de California o del ultraderechista católico Mel Gibson. La máxima dice que cuanto más mala es la película más se disfruta la velada.
Film Music. Crear atmósfera de Banda Sonora. No es un género per se, pero inspira a muchos grupos a componer pensando en el celuloide. O como lo llaman ahora, ceros y unos. Nos lo cuenta Jarvis Cocker, cantante de Pulp.
Portishead. Bristolianos. Melodías orquestadas y dramáticas. Recrean sonidos de John Carpenter o de películas de Bond. James Bond. Al servicio de Su Majestad, como todos. Con licencia para matar de forma impune en horas de trabajo.
El intrusismo también se da en sentido inverso:
David Linch. su música resulta convencional al lado de sus películas.
Emir Kusturika and the No-smoking Band , Jozef Van Wissem and Jim Jarmusch, etc, etc…El maridaje entre el cine y la música es un empezar y no parar. Por eso lo dejamos aquí por hoy.
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