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Que no te líen: sin riesgo no hay rentabilidad

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Javier León

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Si a nuestros abuelos les hubiésemos dicho hace unos 10 años que el banco no les daría nada por tener su dinero a plazo fijo de un año, nos habrían dicho que eso era imposible. Muchos ahorraban para poder complementar su pensión con los intereses de un plazo fijo a un año.

Hoy todo ha cambiado. Los bancos no sólo no retribuyen el dinero a plazo fijo, sino que en breve podremos asistir al día en que nos cobren por tener nuestro ahorro.

Debemos conocer y entender dos conceptos que siempre acompañan a cualquier inversión. Riesgo y rentabilidad son dos conceptos que van siempre unidos a cualquier instrumento o producto de inversión financiera.

Antes de decidir sobre la contratación de un producto de inversión deberíamos ser conscientes de los riesgos u oportunidades relacionados con dicha inversión.

Prioritario es entender perfectamente qué producto estamos contratando y, sobre todo, a dónde va nuestro dinero.

No contratemos aquello que no entendemos, más aún cuando el que nos los vende ni lo entiende ni sabe explicar.

Cuando hablamos del término riesgo en una inversión financiera nos estamos refiriendo a la posibilidad o probabilidad de perder parte o todo el dinero invertido. Siempre existe riesgo en toda inversión o, dicho de otra manera, no existe inversión sin riesgo.

En todo producto financiero en el que no se nos garantice nuestro capital, ya es indicador de que conlleva un riesgo.

Ejemplos varios podríamos citar de hoy en día. Los más habituales serían los fondos de inversión, las acciones, los bonos de renta fija e incluso los Planes de Pensiones.

Pero no todos tienen el mismo nivel de riesgo. De hecho, cuando vamos a contratar a una entidad bancaria un producto de ahorro inversión nos deben indicar en una escala de colores (del verde al rojo) y números que van del 1 al 6 el nivel de riesgo. Estemos atentos al semáforo del riesgo y no asumamos más riesgo del que deseamos.

Si estamos dispuestos a asumir riesgos en una inversión, debemos exigir un retorno o rentabilidad acorde al nivel de riesgo que vamos a asumir. La rentabilidad será el porcentaje de beneficio que nos debe generar la inversión que estamos realizando a un plazo o tiempo determinado. Para poder establecer si un producto financiero es rentable o no, debemos tener en consideración el nivel de riesgo que conlleva y su rentabilidad esperada.

Si un plazo fijo tradicional nos garantiza una rentabilidad del 0,50% TAE sin riesgo a un año, a un fondo de inversión que no nos garantice el capital a plazo de un año con un riesgo 3/6, ¿qué rentabilidad le deberíamos de exigir?

No siempre hay que asumir riesgo para conseguir rentabilidad, pero hoy no existe un producto de inversión sin riesgo para intentar conseguir rentabilidad.

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