Todo lo que el PSOE ha podido aprender de Ganemos
En junio del año pasado, en la asamblea de Ganemos había gente muy experimentada en política (muy veterana) que se echaba las manos a la cabeza. “¿Votamos sí al PSOE y luego hacemos oposición? ¿De verdad? ¿Y eso es posible?”, se preguntaban, evidentemente defensores de entrar a formar parte del gobierno municipal.
Desde entonces, el papel de Ganemos en el Ayuntamiento de Córdoba es complicado. Sus cuatro concejales quieren hacer una oposición constructiva, pero a la hora de la verdad en las decisiones más trascendentes del cogobierno votan a favor de sus iniciativas. Alguna vez en el Pleno y muchas veces en las redes sociales, cuando se quejan de algo le responden: “Apoyasteis a la alcaldesa”.
Con su abstención, el PSOE ha convertido a Mariano Rajoy en presidente del Gobierno. Los socialistas, sostienen, quieren pasar ahora a ser líderes de la oposición en el Congreso de los Diputados. Con los números en la mano, lo son. Pero sus argumentos serán endebles en cuanto critiquen a Rajoy y probablemente desde Podemos le respondan: “vale, pero es que gracias a vuestra abstención es presidente”.
Está claro que lo del PSOE en el Congreso es bastante peor que lo de Ganemos en Córdoba. Ganemos, al menos, logró que el PSOE e IU firmaran un pacto de gobernabilidad con 51 medidas concretas. Influye, y mucho, en el rumbo del gobierno municipal. Y eso le sirve, de vez en cuando, para justificar sus votos. Pero al ceder el gobierno a IU, convirtió a Pedro García (su partido fue el cuarto en votos) en el primer teniente de alcalde y una de las voces que más se escuchan en Capitulares.
Los socialistas en Madrid lo tienen más complicado. “Abstención sin condiciones”, titulaban algunos periódicos. Y es así: Rajoy será presidente del Gobierno sin que el PSOE haya logrado arrancarle compromiso alguno. Papelón.
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