Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
Córdoba necesita inmigrantes
Desde hace meses, en los grupos cordobeses de Facebook en los que se venden, compran o buscan cosas hay vecinos que reclaman cuidadores para sus mayores. “Solo españoles, por favor”, apostillan muchos. El mensaje se suele llenar de mensajes de apoyo y también de críticas. Pero se suele repetir días después. La persona demandante no ha encontrado a un cuidador español que no cobre mucho.
Esta semana hemos conocido que Córdoba tiene una de las tasas de natalidad más bajas de su historia. Y cada vez que se publican los datos del padrón conocemos que la provincia se desangra y cada vez tiene menos habitantes. Con más muertos que nacidos, el crecimiento vegetativo de Córdoba es claramente negativo y se enfrenta a un inmediato invierno demográfico. En breve habrá muchos mayores y muy pocos jóvenes. O lo que es lo mismo, muchos jubilados y muy pocos trabajadores.
Cualquier empresario cordobés sabe que hoy en día es muy difícil encontrar trabajadores cualificados y, aquí viene el enorme matiz, que no cobren mucho. Los empresarios en muchos sectores compiten unos con otros por esos trabajadores... pagándoles más. Cuesta encontrar buenos albañiles, buenos mecánicos, buenas asistentes sociales, buenos administrativos y buenos informáticos. Los mejores se fueron donde más le pagaban (normalmente en el extranjero). Los que decidieron quedarse tienen trabajo asegurado. Y los que antes se tenían que buscar la vida en trabajos peor pagados suelen elegir mejores condiciones. ¿Qué cosas, verdad?
Por eso va a ser cada vez más difícil encontrar a cuidadores (as, principalmente, ya que la inmensa mayoría son mujeres) para personas mayores. Y mucho menos de nacionalidad española.
Córdoba necesita inmigrantes. Cada vez quedan menos jornaleros en el campo. Esa inmensidad de braceros de los pueblos cordobeses ya se ha ido jubilando. Sus hijos estudiaron o se formaron para no trabajar en lo mismo que sus padres. Nadie tiene vocación de jornalero. Nadie. Cada vez son más los inmigrantes que huyen de la miseria de sus países, de guerras o de las hambrunas provocadas por el cambio climático y que llegan para trabajar en el campo. O para cuidarnos.
Estados Unidos se ha forjado como imperio económico por las sucesivas oleadas de inmigrantes que poblaron el país. A más inmigrantes con trabajo más impuestos y mejor va la economía. Aquí tiene que ocurrir lo mismo.
Y no, Córdoba no es una provincia con muchos inmigrantes. Quizás al contrario. Es uno de los lugares de España donde menos vienen. El porcentaje no pasa del 7% sobre la población total, un número muy escaso en comparación con lo que está ocurriendo en otras partes del país.
Este domingo, cuando estés animando a la Selección en la final del Mundial de fútbol, piensa en los inmigrantes que han llegado y en sus hijos que ya han nacido aquí y son tan españoles como tú. Una de esas niñas es la que ha metido a España en la final. Y a buen seguro que la vas a animar.
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
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