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“Con la Iglesia hemos topado amigo Sancho...”

Sebastián De la Obra

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A finales de marzo de 1523 el obispo de Córdoba, don Alonso Manrique, declara su intención de construir, en el interior de la Iglesia Mayor (Mezquita de Córdoba), un “verdadero” templo cristiano... (las obras de derribo comienzan en abril). El 4 de mayo de ese mismo año el Corregidor don Luis Messía de la Cerda, representando al Consejo Municipal, publica un bando como respuesta, vehemente y contraria, a dichas intenciones del obispo (y del Cabildo eclesiástico):

“[...] declaramos que ningún albañil, ni cantero, ni carpintero, ni peón, ni otra persona alguna, no sean osados de tocar en la dicha obra, en deshacer ni labrar cosa alguna de ella [...]. Esto, porque la obra que se desfaze es de calidad que no podría volver a fazer en la perfección que está fecha[...]. Y mandamos que se pregone públicamente, porque venga a noticias de todo [...].” El bando consignaba el castigo mayor (pena de muerte) para quienes lo incumplieran.

El 5 de mayo el obispo, don Alonso Manrique, declara la excomunión de don Luis Messía de la Cerda y de los componentes del Consejo Municipal. El 14 de julio, mediante Real Provisión, el emperador Carlos V, desde Granada, autoriza las obras en el interior (corazón) de la Mezquita y ordena al Cabildo eclesiástico que levante la pena de excomunión que había impuesto al Corregidor y demás componentes del Consejo municipal. El emperador Carlos se arrepintió de esa autorización cuando descubrió el resultado... (Yo no sabía que era esto; pues no hubiera permitido que se llegase a lo antiguo: porque hacéis lo que puede haber en otra parte y habéis desecho lo que era único en el mundo).

De este conflicto quedan dos huellas: el crucero y coro de la Catedral (como un ejemplo más de ejercicio del poder) y el nombre de la calle que linda con el muro sur de la vieja Mezquita: calle del Corregidor Luis de la Cerda (como un ejemplo más de que la memoria es más fuerte que las piedras). La historia continúa. Terminaron, en palabras de don Juan Bernier Luque, convirtiendo en unidad una yuxtaposición -Mezquita-Catedral- , aunque para la valoración universal no exista sino la Mezquita.

Nota:

Es curioso como, casi siempre, los responsables de los desaguisados pretenden aparecer como víctimas... Hace unos días aparecía un titular de prensa: El Cabildo de la Catedral reclamará al Tribunal Supremo su indemnización por Cajasur... (sin comentarios).

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