Buscando a Nemo
No hablo “balleno” como Dory, de Disney, pero nos comunicamos. Ahí está este pez de especie exótica (betta azul
por lo visto según san Google) dejándose flotar en su ahora pecera, otrora jarrón. Todo paz, quietud, un poco de aleteo para salir a flote y comiendo esas graciosas bolitas de harina proteínica para peces. No hablo el mismo idioma que otros muchos seres humanos que mienten, engañan, se aprovechan de la bondad, y desean la muerte del prójimo por pensar diferente. Prefiero nadar bajo el agua.
De verdad, hay semanas como ésta, complicadas, difíciles de digerir en las que no entiendo nada a esta maldita humanidad y preferiría ser un sencillo pez de color azul marino. Seguro que en el mundo acuático también hay depredadores, no te digo yo que no podría acabar siendo engullida por un pez más grande, o por un tiburón, pero al menos no lo harían por maldad, por provocar la guerra, sino simplemente porque así es la cadena alimenticia, por supervivencia de la especie. ¿Nosotros los terrícolas que somos? ¿Dónde están nuestros valores de supervivencia?
¡Ay titín! (así dice tu dueña que te llamas, aunque a mi me nace más llamarte Tintín o pececillo), te voy a cuidar este mes mientras algunos pasan sus vacaciones en la madre patria. Bendita compañía, no haces ruido, saludas con un rápido movimiento de aleta y agradeces cualquier acercamiento. No eres muy popular como animal de compañía pero creo que nos vamos a entender bien. Cualquier día me sumerjo a vivir en tu mundo, hazme hueco ahí en esa piedra blanca porque sobre la tierra, cada día entiendo menos de qué hablar, por qué luchan, por qué no pactan y me siento más fuera de hábitat. Vámonos a buscar a Nemo o el Capitán Pirata que ellos tendrán la solución para salir de esto.NemoCapitán Pirata
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