Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
Cosas de guerra
Si se fijan, muchos de los muchachos que vuelven a retaguardia tras la batalla lo hacen con lesiones en la parte de atrás.
No suelen enseñarlo en las academias de damas o caballeros cadetes, ni lo enseñaron cuando los soldados eran “de leva”, de reemplazo, obligatorios.
Los glúteos son el culo, por si alguien no lo sabía. Es el reverso.
Hay muchos soldados que causan baja y deben ser transportados a un hospital de campaña, líneas atrás, con los músculos del glúteo mayor o menor jodidos. Eso puede significar un problema de movilidad de la pelvis o del propio fémur, sobretodo si te afecta a un nervio que te provocará una ciática de por vida, cronificada, carne y cuenta corriente de fisioterapeutas de barrio.
Tener balazos o esquirlas de metralla en el culo son un síntoma de cómo fue la batalla.
Un glúteo disparado significa “retirada” o “huida”. Un disparo más arriba del coxis o de los riñones, sería un disparo por la espalda.
Lo que no tengo claro es si el término “retirada” es mejor que el de “huida”. Uno parece obligado; el otro es, más bien, natural.
Dicen que fue una enfermera británica de retaguardia en un hospital africano la que inventó la camilla con un agujero a la altura del pubis de los soldados heridos en el culo. La diseñó para que se postraran bocabajo, pudieran ser limpiados y, mientras, las heridas de sus glúteos fueran cicatrizándose.
No sabemos su nombre; pero está claro que fue una mujer. Porque saben qué es un pubis, qué es un culo y cómo se limpia. Y toman decisiones al respecto.
Porque saben qué es una huida y qué es una retirada. Porque saben de la guerra.
Más que nadie.
Sobre este blog
Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
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