Vidas paralelas
Bretón se ha creado una historia y se la cree
(José María Sánchez de Puerta. Abogado)
Sabemos que el señor Sánchez de Puerta es el abogado de Bretón, y por ahí no tenemos nada que objetar. Pero sus palabras no son las palabras de un letrado sino el diagnóstico de un psiquiatra forense. Después de 9.200 folios de sumario y doce meses y un día habitando en la cabeza del hombre más enigmático del país, su abogado conoce los entresijos de este cerebro frío como el Ártico de memoria.
Desde el punto de vista jurídico, la frase es un tiro de gracia contra su defendido. Pero desde la óptica psicológica, debemos admitir que Sánchez de Puerta hace un dictamen inapelable. En efecto, un cerebro que supuestamente ejecuta un macabro plan como el que todo parece indicar no tiene muchas más escapatorias que construir una historia paralela en la que poder descansar en paz. Por eso, probablemente, sus conexiones neuronales hayan reelaborado secuencialmente la tarde del 8 de octubre de 2011 hasta llevarlo mecánicamente a la Ciudad de los Niños.
Allí los neurotransmisores habrían sacado del coche a Bretón y lo aproximaron al parque. En un momento determinado, el lóbulo occipital le informó de que los niños ya no se encontraban junto a él. Fue entonces, posiblemente, cuando el córtex lo devolvió a la realidad y lo empujó a coger el teléfono móvil para informar a sus hermanos del fatal accidente. Todo lo que vino a continuación no ha sido sino un minucioso proceso cerebral para que todas las piezas encajaran milimétricamente en el orden encefálico.
Sánchez de Puerta puede ser un magnífico estratega jurídico. No tenemos la menor duda. Pero sabe mejor que nadie que un cerebro, cualquier cerebro, es incapaz de digerir una verdad tan monstruosa sin fabricar una escapatoria en la que poder vivir en paz.
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