Sostenibilidad y medio ambiente en el campo
Leía esta semana dos artículos en la prensa que, desde un punto de vista medioambiental y de sostenibilidad, son, en mi opinión, muy importantes.
El primero de ellos trataba de la presentación de la herramienta de cálculo de huella de carbono en el aceite de oliva. Se trata de un proyecto en el que han colaborado distintas Organizaciones y Entidades. El proyecto Oilca, “Mejora de la competitividad y reducción de la huella de carbono del sector del aceite de oliva mediante la optimización de la gestión de los residuos”, y que está dirigido a mejorar la competitividad del sector oleícola de la región del sudoeste de Europa, España, Portugal y el Sur de Francia, basándose en el análisis del ciclo de vida y el análisis de costes para identificar las oportunidades de optimización en la producción.
Pretenden ayudar a las empresas del sector del aceite de oliva a conocer qué es la huella de carbono y cuáles son los principales aspectos a tener en cuenta para el cálculo de la misma. Se intenta que las empresas evalúen su impacto sobre el calentamiento global, y al mismo tiempo, identifiquen zonas de mejora, de tal forma que permitan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector. Hasta ahora la producción del aceite de oliva conforma una compleja estructura agroindustrial, que en los últimos años ha avanzado en tecnología significativamente. Y por supuesto en todas las fases de producción, hay una elevada interrelación con el medio ambiente y por supuesto, con los criterios de sostenibilidad.
Así, el cálculo de la huella de carbono aplicada a los diferentes métodos de elaboración, contribuirá a incrementar el conocimiento del impacto energético en nuestro sector, además de favorecer la investigación.
Y el otro tema, también muy interesante, es un estudio elaborado por investigadores de la UNED, que plantean en el mismo, que en España se podría producir la mitad de la demanda energética con energías renovables, siempre que se superen las actuales barreras técnicas y regulatorias. La generación distribuida, de pequeña potencia y cercana al punto de consumo, se convierte en una pieza fundamental.
En el año 2012, respecto a cómo se cubrió la demanda energética, un 32 por ciento de la misma, fue aportada por las energías renovables, que si se continuase con un apoyo real y efectivo, podría llegar al 50 por ciento en los próximos años.
Así, el profesor Colmenar-Santos, investigador de la Uned, comenta que “en breve, la generación distribuida participará en un alto porcentaje en la aportación que la energía renovable realiza sobre el sistema energético mundial, clave para la sostenibilidad y el cumplimiento de protocolos medioambientales”.
De este modo, los expertos, reclaman un procedimiento de gestión de la distribución de la generación distribuida, de tal forma que se apruebe la normativa de balance neto, para regular el autoconsumo y que se aclare la definición de los operadores del sistema.
En resumen, se trata de que los recursos de las energías renovables, hablamos de instalaciones fotovoltaicas, mini-eólicas y de almacenamiento energético, con la ayuda de las redes inteligentes, puedan luchar con las redes pasivas tradicionales, acercándose al usuario y adsorbiendo la demanda de forma más inteligente.
Serían importantes proyectos, que lógicamente generarían investigadores, y la creación de nuevos puestos de trabajo, contribuyendo también a una gestión más sostenible de los recursos naturales y cuidando el medio ambiente. Es una oportunidad nueva para el campo que deberíamos aprovechar, con la ayuda del I+D+i, y con el apoyo real y efectivo de las distintas Administraciones Públicas.
0